El equipo de profesionales técnicos y científicos de Biogénesis Bagó logró el tercer aislamiento documentado en el país del serovar Canicola de Leptospira en bovinos.
Este trabajo contribuye a conocer la circulación de diferentes serovares en los rodeos bovinos, identificar serovares emergentes y desarrollar vacunas más eficaces para controlar la leptospirosis, una enfermedad zoonótica de alto impacto en la salud pública y en la producción.
El brote que originó el trabajo se registró hacia fines del año 2017 en un campo de cría próximo a la localidad de Pardo, partido de Las Flores, Provincia de Buenos Aires.
“Este nuevo aislamiento es resultado del trabajo en equipo de nuestros veterinarios y científicos, que sigue ratificando nuestro compromiso con la producción. Biogénesis Bagó viene trabajando fuertemente en este tema desde el año 2004. A la fecha llevamos 18 aislamientos de otras cepas, y estamos en búsqueda permanente”, afirmó Juan Cruz Muriel, gerente técnico de la compañía.
La participación de leptospiras pertenecientes al serogrupo Canicola no es tan frecuente en establecimientos de cría y feedlots y solamente se registraban 2 aislamientos a partir de bovinos en el informe de la Comisión Científica Permanente de Leptospirosis de la Asociación Argentina de Veterinarios de Laboratorios de Diagnóstico (AAVLD).
“El aislamiento y la tipificación de las cepas resulta clave para conocer qué serovares están presentes y así disponer de aislamientos locales virulentos para incluirlos en la formulación de vacunas que mejoren su eficacia en la prevención de la enfermedad en los animales. De esta manera, también se puede disminuir el riesgo de transmisión al humano”, sostuvo Ariel Koval, gerente de producción de antígenos bacterianos y virales de Biogénesis Bagó.
Control del brote
El brote se presentó en concomitancia con una severa deficiencia mineral, causa de muerte de varios terneros, lo cual planteó un verdadero desafío diagnóstico.
En las primeras necropsias se encontró tierra y tricobezoares en el cuajo que indicaban una carencia mineral. Nuevas muertes con lesiones compatibles con leptospirosis motivaron la consulta al equipo técnico de Biogénesis Bagó. “Encontramos riñones hemorrágicos aumentados de tamaño, ictericia evidente y orina sanguinolenta en la vejiga. Estos hallazgos significativamente diferentes de lo observado en necropsias anteriores hicieron sospechar leptospirosis”, explicó la Dra. Castillo, veterinaria del establecimiento.
El diagnóstico presuntivo de carencia mineral y leptospirosis fue confirmado con el apoyo del laboratorio de diagnóstico. El brote se controló aplicando antibiótico (oxitetraciclina) y vacunando contra leptospirosis a todo el rodeo.
Si bien se actuó en forma rápida, sin esperar los resultados del laboratorio, tomando las muestras adecuadas se confirmaron las sospechas. “Existe amplia experiencia en que la aplicación de tratamiento antibiótico y la vacunación al comienzo de un brote de leptospirosis produce resultados contundentes, tanto en casos de mortalidad de terneros como de abortos en vacas”, explicó el equipo de especialistas. El diagnóstico confirmatorio permitió tomar medidas de fondo, como una suplementación mineral preventiva con monitoreo periódico y la inclusión de la vacuna para prevenir leptospirosis dentro del plan sanitario y de manejo del establecimiento.
Vacunación
Para prevenir la incidencia de leptospirosis en un establecimiento ganadero se recomienda contemplar en el plan sanitario la vacunación de las vacas con dos dosis previamente al servicio. Estas aplicaciones deberían complementarse con una dosis al realizar el tacto para diagnóstico de preñez. Los especialistas sostienen que este plan debería proteger a las vacas contra problemas de infertilidad y abortos y conferir inmunidad a los terneros hasta aproximadamente el tercer mes de vida en el cual descienden los anticuerpos calostrales. “Pero este esquema deja una ventana inmunológica en los terneros que se encuentran desprotegidos y vulnerables a la enfermedad a partir de este momento. Por lo tanto, se recomienda la implementación de la vacunación temprana de los terneros con 2 dosis, para prevenir la enfermedad en esta etapa dado que puede causar elevada mortalidad en esta categoría”, recomienda el equipo de profesionales de Biogénesis Bagó.
Los costos de un brote de leptospirosis.
Los brotes severos de leptospirosis en un rodeo bovino, con abortos de entre 30 y 40 % de los animales gestantes, y/o elevado porcentaje de mortalidad indican que esta enfermedad atenta contra la rentabilidad de cualquier tipo de explotación bovina. A esto se debe sumar el costo del tratamiento antibiótico. “Además, y no resulta un tema menor, se debe considerar el riesgo potencial de la infección del personal, que puede tener un desenlace fatal”, remarcó el equipo de científicos y técnicos de Biogénesis Bagó que llevó adelante este trabajo, integrado por Ariel Koval, Marcos Saint Martin, Gustavo Lagioia y Alejandra Ferreyra. También participaron los veterinarios de actividad privada Claudia Castillo y Matías Villa.
Prevención
El equipo de Biogénesis Bagó aspira a que la difusión de este trabajo “pueda contribuir al conocimiento de esta afección y de las medidas preventivas para disminuir el riesgo de la infección en los animales y en el hombre”. En ese sentido, propone “el empleo de herramientas disponibles, relativamente sencillas de implementar y al alcance de profesionales y productores, que son los responsables de la salud animal y de las personas que trabajan en sus establecimientos”. Entre estas medidas están:
Concientización de profesionales, productores y personal: La población de riesgo está desinformada respecto a esta enfermedad y sus potenciales consecuencias. Es importante concientizar a productores y al personal a cargo para que, en caso de presentar alguna sintomatología (fiebre alta, dolores musculares generalizados, escalofríos, dolor de cabeza intenso, vómitos) acuda a una consulta médica y mencione que trabaja con animales, potenciales portadores de leptospiras. Esto seguramente va a alertar al médico para considerar esta posibilidad, tomar muestras y de ser necesario, iniciar el tratamiento antibiótico específico.
Utilización de elementos de protección personal: Se conoce que el microorganismo ingresa a través de las mucosas y piel dañada, por lo cual se recomienda una protección básica como la utilización de botas de goma, guantes y anteojos de seguridad cuando se opera en la fosa, se trabaja con animales en situaciones donde puede haber contacto con orina (tacto rectal) o en lugares potencialmente contaminados con orina y/o que favorecen la supervivencia de leptospiras (barro).
Control de roedores: En muchos establecimientos se dispone de alimento que atrae a estos animales. Es importante diseñar un plan de control de roedores, almacenar adecuadamente el forraje y así evitar su contaminación con orina infectada.
Vacunación sistemática de los animales en producción: En este punto se destaca el trabajo llevado adelante en Nueva Zelanda donde se aplica desde hace más de 20 años vacuna en forma sistemática en tambos y criaderos de cerdos, donde el personal está más expuesto a infectarse por el contacto estrecho y cotidiano con los animales. Esta medida ha permitido reducir los casos humanos de 25 a 2 cada 100.000 habitantes por año, constituyendo un ejemplo de buenas prácticas veterinarias con alto impacto en la salud pública.