En medio de extendidas protestas en todo el país, el presidente de Bolivia, Evo Morales, firmó ayer un decreto que declara "emergencia nacional" a causa de la peor sequía en los últimos 25 años que provocó racionamientos de agua en varias regiones, pero sobre todo en La Paz.
En una conferencia de prensa, Morales ordenó movilizar recursos humanos y económicos para perforar pozos y acarrear agua en camiones desde lagunas cercanas a las ciudades, en momentos en que las mayores represas que abastecen a la ciudad de La Paz, sede del gobierno, están casi secas.
"Hay que estar preparados para lo peor. Siento que este calentamiento global va a continuar, por tanto hay que planificar las grandes inversiones" en obras para garantizar el abastecimiento de agua, dijo Morales en el Palacio Quemado, sede del poder.
"Mi recomendación es que seamos responsables (sobre) cómo cuidar el agua. Se presentó este problema por el cambio climático", agregó el presidente, que también se manifestó preocupado porque en 2016 se han registrado las temperaturas más elevadas en los últimos cien años.
La sequía, que está golpeando a los agricultores y generó roces entre campesinos y mineros por el uso de recursos hídricos, también disparó las protestas en los últimos días.
En La Paz se han registrado largas colas para recibir agua, mientras que las comunidades indígenas llamaron a hacer rituales para que llueva.
Protestas
El domingo por la noche hubo una multitudinaria marcha en la zona sur de La Paz, cuyos vecinos marcharon hasta la embajada de China para protestar por los racionamientos ante el rumor difundido en redes sociales de que una empresa de esa nacionalidad estaba captando el agua antes de que llegue a la represa de Hampaturi.
Morales rechazó esas suposiciones y afirmó que "no hay ninguna empresa china en toda esta región" ni ninguna firma minera que esté desviando el agua destinada a La Paz, y consideró que algunos medios y opositores están "exagerando y politizando el tema", y los emplazó a que denuncien con nombres a la supuesta firma que opera en el lugar.
La Paz y la vecina ciudad de El Alto tienen tres represas diseñadas para recibir agua del deshielo de los montes nevados que rodean a las dos ciudades andinas. Sin embargo, ante la aguda sequía se requiere con urgencia que llueva para que aumente el caudal de los tres embalses.
Marcel Claure, gerente de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (Epsas), ratificó hoy que los cortes de agua se extenderán a las zonas oeste y norte de La Paz y a varios distritos de El Alto.
La sequía que afecta la zona occidental boliviana causó la evaporación de al menos el 90% del caudal de la represa Hampaturi, desde donde se distribuye agua a barrios de la ladera este y sur de La Paz, donde viven unas 800.000 personas.
Las autoridades calculan que la escasez está afectando a unas 125.000 familias y que hay unas 290.000 hectáreas agrícolas y unas 360.000 cabezas de ganado en riesgo en la nación andina.
El Servicio de Meteorología anticipó que no se esperan lluvias hasta los primeros días de diciembre.
Los barrios más afectados por los cortes sólo tendrán provisión por la red de agua durante tres horas cada dos días.
"La crisis de agua será superada en poco más de un año, tomando en cuenta las medidas que se están adoptando en la actualidad", afirmó Claure, tras admitir que los embalses de agua que posee La Paz están prácticamente agotados.