En la actual coyuntura las empresas agropecuarias deben planificar la campaña 2024/25 no sólo considerando la gestión económica, sino también la financiera y patrimonial.
Así lo recomendó el pasado lunes 6 de mayo Hernán Satorre, economista y asesor del CREA Herrera Vega-Pehuajó, durante un taller en formato virtual organizado por las regiones CREA Oeste y Sudeste, en el cual se analizaron los escenarios probables para el próximo ciclo.
“Si el negocio agrícola se analiza solamente en términos económicos, puede lucir poco atractivo para 2024/25, pero al complementar el análisis con la gestión financiera ese análisis se puede enriquecer con una mirada integral del negocio”, explicó.
“Las empresas no quedan fuera de juego por ineficiencia, sino por falta de liquidez. Se puede ser muy eficiente en términos productivos, pero sin liquidez no es posible seguir en la actividad”, añadió.
El economista indicó que, más allá de las particularidades presentes en la próxima campaña, existen herramientas financieras por aplicar (esquemas asociativos, redistribución de cuotas de arrendamientos, etcétera) que pueden contribuir a gestionar el presupuesto financiero con mayor holgura.
“Una adecuada gestión financiera debe también ir acompañada con una buena planificación impositiva a partir de la elevada carga tributaria que tiene el sector”, apuntó.
El desafío al final del día, señaló el técnico CREA, debe ser terminar la campaña con al menos recursos equivalentes para realizar la misma inversión llevada a cabo en la campaña anterior y, en lo posible, disponer de un excedente para incrementar el patrimonio.
En cuanto a la coyuntura, el economista dijo que recién nos encontramos en la primera fase del programa de gobierno del presidente Javier Milei, que comprende la fase de normalización.
“El plan de normalización es necesario para poder unificar el tipo de cambio y pasar a la fase de estabilización, en la cual, una vez desactivada la inercia inflacionaria, el gobierno pueda avanzar con otras reformas contempladas en la agenda”, comentó.
Para intentar reactivar la economía, el gobierno está bajando las tasas de interés de referencia, algo que sólo puede instrumentar gracias a la vigencia del cepo cambiario. Tal política –explicó el técnico– podría estar indicando que la vigencia de dicho cepo podría llegar a extenderse por un plazo superior al planificado inicialmente. Esa circunstancia, junto con una progresiva apreciación del peso argentino, representa un desafío para la actividad agrícola.
El economista además recomendó planificar la próxima campaña en función de diferentes escenarios probables dado que, si bien el rumbo diseñado por el gobierno nacional es claro en cuanto al mantenimiento de las variables actuales, siempre pueden aparecer en el contexto internacional factores imponderables que alteren el curso de acción.
“Si bien el nuevo contexto presenta amenazas para las empresas agropecuarias, también contiene oportunidades y es indispensable realizar un análisis integral y dinámico de la gestión financiera y patrimonial para poder saber si vamos encaminados hacia dónde nos proponemos ir”, resumió.