La economía es uno de los temas centrales en la coyuntura actual, y en la campaña que comienza en pocos días para definir nuevamente quién administrará los recursos de la Argentina. Sobre eso dialogó con Palabra de Campo -por Radio 10- el economista y director de EcoGO, Martín Vauthier.
Ante la pregunta de si la economía está mejor o peor, el especialista advierte que en la macroeconomía la situación es positiva respecto de fines del 2017, ya que tanto el déficit fiscal y de cuentas corrientes se redujeron por un ajuste muy fuerte y la movilidad del tipo de cambio. Sin embargo, viendo la situación desde la perspectiva de la sociedad, es difícil afirmar que “la situación mejoró”, porque el salario real -que es el poder adquisitivo del salario- cayó 13% comparado con la inflación respecto del inicio de la corrida que fue en agosto de 2018.
Eso, sumado a la caída del crédito y el crecimiento del desempleo y la pobreza, generaron una situación a la que calificó como “muy compleja”. Para demostrarlo, el especialista puso el ejemplo de la carne, que mejoró respecto de lo que venía ocurriendo en la última década, donde el sector atravesó una coyuntura muy opuesta a la actual.
Se llegó a prohibir la exportación, había un mercado interno que consumía mucho y los precios estaban deprimidos, recuerda, y explica que -en ese contexto- ninguna señal alentaba las inversiones tanto en cría como en frigoríficos. Hoy el crecimiento de la exportación y un tipo de cambio que aporta, la demanda externa que siempre estuvo se mantiene cautiva.
Por esto es que el sector vive una coyuntura positiva, y Vauthier adelanta que en la medida que se recupere el mercado interno y el poder adquisitivo de la gente, se va a estabilizar la demanda externa e interna, y habrá que empezar a discutir otras cuestiones como qué cortes quedan en el país y cuáles se exportan.
¿La exportación genera un derrame? Sí -asegura-. Para explicarlo recuerda que hay un problema que en Argentina generó en los últimos 60 o 70 años una serie de crisis recurrentes y ajustes: el país no tiene la capacidad de generar dólares, es decir, las exportaciones no logran crecer de forma sostenida y con eso las importaciones no tienen margen para crecer. Si eso sucede, el nivel de actividad del consumo termina teniendo un límite que lo pone la capacidad de endeudamiento del país.
Para él, si las exportaciones no acompañan a las importaciones y la economía no crece, el consumo sube, y aumenta la importación pero, como no se puede “seguir ese ritmo”, se financia con deuda, eso hasta que la misma se corta porque el mercado deja de prestar. Ahí viene el ajuste y esa es la historia de Argentina en las últimas décadas, advierte.
La clave -afirma- está en que todos los sectores mantengan reglas de juego claras desde las políticas y el tipo de cambio ayude. Así se rompe la restricción externa, las exportaciones crecen de forma sostenida, y será esa la manera de que se reactive el consumo y crezca sin llegar a topes que después terminen forzando a ajustes recurrentes, concluyó.