Agricultura

Con bioinsumos, hortalizas y frutales mejoran rindes y crecimiento

Investigadores del CIAP evaluaron diferentes preparados en cultivos de tomate, puerro, lechuga y frutilla y, con buenos resultados, comprobaron que el uso de bioinsumos puede generar mejoras en el rendimiento y efectos estimuladores del crecimiento en las plantas estudiadas. Recomendados para producciones periurbanas.

Investigadores del Centro de Investigaciones Agropecuarias del INTA –CIAP– trabajan en un equipo interdisciplinario, que promueve el desarrollo de alternativas ecológicas para la producción de frutales y hortalizas en las zonas cercanas a la ciudad de Córdoba. Se trata de una plataforma interinstitucional en la que, además del INTA, participan otros organismos como la Subsecretaría de Agricultura Familiar, la Universidad Nacional de Córdoba y el Instituto de Tecnología Industrial (INTI).

La búsqueda de herramientas de intensificación ecológica es uno de los temas que se destaca en la agenda de investigación. Prueba de este interés, los especialistas evaluaron diferentes preparados en cultivos de tomate, puerro, lechuga mantecosa y frutilla y, con buenos resultados, comprobaron que el uso de bioinsumos puede generar mejoras en el rendimiento y efectos estimuladores del crecimiento en las plantas estudiadas.

Julio Catullo, investigador del CIAP que participa en el proyecto, explicó que el uso de bioinsumos representa una oportunidad para cientos de pequeños productores que se ubican en el periurbano cordobés. “Pueden ser preparados por los propios agricultores con materiales disponibles en las comunidades; además, son de bajo costo para el control de plagas y enfermedades y tienen menor riesgo de contaminación ambiental porque se fabrican con sustancias biodegradables y de baja o nula toxicidad”, analizó Catullo.

Los ensayos planteados tienen diferentes objetivos: evaluar los efectos de ciertos extractos vegetales para manejo de insectos plaga, probar diferentes opciones de abonos orgánicos para observar sus efectos sobre el suelo y trabajar en la identificación de hongos enemigos de otros hongos que causan enfermedades en cultivos, como Trichoderma.

De acuerdo con Evangelina Arguello, también investigadora del CIAP, la estrategia del grupo se basa en la construcción colaborativa de conocimiento: técnicos e investigadores se vinculan con productores, académicos y representantes de organizaciones no gubernamentales para la identificación de problemáticas que requieren un abordaje con prioridad y la búsqueda coordinada de soluciones tecnológicas y productivas.

“Gracias al vínculo con los productores, pudimos conocer sus principales dificultades en la horticultura y comenzamos a realizar ensayos con ellos”, afirmó Luis Narmona, técnico en agricultura familiar que forma parte del grupo interdisciplinario.

Los investigadores se propusieron evaluar tres bioinsumos para el manejo de insectos plaga en tomate: extracto de ajo y ají, caldo de ceniza y extracto de paraíso.

Plagas en tomate

En esta experiencia, los investigadores se propusieron evaluar tres bioinsumos para el manejo de insectos plaga en tomate: extracto de ajo y ají, caldo de ceniza y extracto de paraíso.

Las plantas tratadas con los repelentes fueron menos visitadas por insectos, mientras que en los cultivos de papa, berenjena y pimiento que rodeaban al tomate hubo elevada actividad de insectos plaga típicos de esta familia de plantas. “Esta observación permite pensar que, en su conjunto, los diferentes bioinsumos tuvieron un efecto repelente sobre las poblaciones de estos insectos, al punto de disminuir la preferencia en el tomate”, detalló Catullo.

Por su parte, en el ensayo de laboratorio se evaluó el efecto del extracto alcohólico de paraíso sobre Athaumastus haematicus (chinche roja) en tomate y se encontró que una aplicación a una dosis al 10 % –equivalente a dos litros de extracto y 18 litros de agua por mochila de 20 litros– puede acelerar la muerte de esta plaga por contacto y por ingestión.

Las pruebas se realizaron en la cooperativa Malvinas Agroecológica, ubicada en la localidad de Malvinas Argentinas, Córdoba. Una vez por semana, los investigadores revisaron las plantas y tomaron nota de la cantidad de cada tipo de insecto presente en los tratamientos con cada bioinsumo. Luego de las observaciones, se aplicaron los bioinsumos correspondientes.

Pulgones en lechuga

Otra de las preguntas estudiadas fue determinar el efecto del extracto comercial de ajo –denominado técnicamente 1 mg alicina/ml-RENAP 100– para el manejo de pulgones en plantas de lechuga mantecosa cultivadas a campo bajo umbráculo.

Durante el ensayo, se registró mayor presencia de pulgones tanto alados como ápteros en el tratamiento con manejo convencional que en el tratamiento con el extracto de ajo. “Esto puede deberse al desarrollo de resistencia a los insecticidas usados con frecuencia semanal o quincenal, sin rotaciones de principios activos”, comentó Arguello.

La prueba se desarrolló sobre un cultivo de lechuga mantecosa, variedad Kikelm, en Villa Esquiú –noreste de Córdoba capital– entre noviembre de 2017 y diciembre 2018.

En este período, se realizó un conteo semanal de pulgones a partir de la revisación de cinco plantas consecutivas en los seis surcos centrales de cada tratamiento. Se registraron número y especies de pulgones hallados y, luego del muestreo, se llevaron a cabo aplicaciones semanales de bioinsumos según tratamientos.

“Bokashi” es un abono orgánico sólido, cuya traducción al japonés significa materia orgánica fermentada, que mejoró las condiciones de cultivo de frutillas. Un mejor suelo para las frutillas

“Bokashi” es un abono orgánico sólido, cuya traducción al japonés significa materia orgánica fermentada. A través de un ensayo a campo, ubicado en Colonia Tirolesa –departamento de Colón, Córdoba–, los investigadores se propusieron estudiar los efectos de este abono orgánico en el cultivo de frutillas.

Tras la evaluación, los resultados indican que los frutos parecen ser más pequeños en el largo y ancho, pero más pesados. “Estas características podrían estar asociadas a una mayor calidad”, apuntó Narmona.

En el marco del ensayo, este abono orgánico se empleó en una dosis de 200 gramos por planta, colocada muy cerca de la raíz a una profundidad cercana a los 20 cm. Se aplicó en tres surcos de 50 metros de largo y se compararon con tres surcos sin aplicación. Las aplicaciones se hicieron una vez por mes desde septiembre de 2017, cuando la frutilla empieza a florecer, hasta diciembre. En total se aplicaron 800 gramos por planta.

Sanidad del puerro

Con el objetivo de ampliar el conocimiento de hongos enemigos de otros hongos que causan enfermedades en cultivos, los investigadores diseñaron un ensayo para estimar el efecto de Trichoderma atroviride en aplicación a campo en puerro.

Entre los resultados, se observó que las plantas tratadas con Trichoderma presentaron mayor peso y diámetro, aunque no se observaron diferencias para el parámetro largo total entre plantas de los diferentes tratamientos.

En tanto, se registró la tendencia a una mayor ocurrencia de nemátodos (“agallas”) en raíces de plantas tratadas con Trichoderma, mientras que pudo identificarse un efecto estimulador del crecimiento en plantas de puerro tratadas con Trichoderma en la siembra y en el cuello de la planta a lo largo del cultivo.

Los ensayos se basaron en dos aplicaciones, una inoculación a la semilla previo a la siembra y dos aplicaciones en el cuello de la planta distanciadas cada 20 días. Se tomaron tres plantas consecutivas en 10 puntos elegidos al azar dentro de los surcos de cada tratamiento; se midieron un total de 30 plantas por tratamiento en gabinete.

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