
En 2025, el huevo se convirtió en uno de los grandes protagonistas de la mesa argentina. Según datos de la Cámara Argentina de Productores e Industrializadores Avícolas (CAPIA), el consumo alcanzó un récord histórico de 380 huevos por persona al año, lo que representa un aumento del 8 % respecto del año anterior.
Con este nivel de demanda, Argentina se ubica en el segundo puesto mundial, solo detrás de México, y muy por encima del promedio latinoamericano. “El huevo sigue ganando espacio por su valor nutricional y su accesibilidad en un contexto de precios altos en otros alimentos”, explicaron desde la entidad.
En paralelo, la producción nacional también crece. En 2024 se habían producido 17.400 millones de unidades, y para este año las proyecciones oficiales estiman más de 18.000 millones de huevos, un incremento de entre 5 % y 6 %. El país cuenta actualmente con unas 60 millones de aves ponedoras, concentradas principalmente en Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba, Santa Fe y Mendoza.
El auge del consumo responde, además, a cambios en los hábitos alimentarios y a campañas que desmitificaron los riesgos del huevo para la salud. Médicos y nutricionistas destacan su aporte de proteínas de alta calidad, vitaminas y minerales, así como su bajo costo comparado con carnes o lácteos.
A pesar del panorama alentador, el sector enfrenta desafíos: los altos costos de alimentación y energía, la necesidad de fortalecer medidas sanitarias ante la amenaza de la influenza aviar, y la baja participación exportadora, que hoy ronda apenas el 2 % del total producido.
Con todo, el huevo reafirma su lugar como alimento esencial y estratégico para la mesa argentina. Su consumo récord en 2025 no solo refleja una elección económica, sino también cultural: el huevo dejó de ser un acompañamiento para convertirse en protagonista.