A pocos días de que se debata en el Congreso nacional el proyecto de Ley de Semillas enviado por el Poder Ejecutivo, Confederaciones Rurales Argentinas llamó a la reflexión a través de un comunicado en el que critica duramente a las empresas semilleras y pide un freno a las “artimañas” y abuso de posición dominante de las mismas.
Para dejar en claro cuál es el esquema de comercialización de semillas al que aspiran los ruralistas, CRA estableció un paralelismo entre los criadores de bovinos, también generadores de genética propia pero en ganado, y las empresas semilleras.
“En nuestro país miles de pequeñas cabañas desparramadas a lo largo y lo ancho de la patria crían, mejoran y adaptan reproductores. Cuando pueden, venden sus reproductores bovinos – genética de adaptación local- al precio que estén dispuestos a pagarle quienes necesitan comprar esos toros y hasta garantizan la calidad y aptitud de sus animales. Trabajan a la vanguardia de la tecnología con el respaldo de las asociaciones de razas, estudian y manejan la genómica para mejorar los caracteres de calidad de carne y leche. No reclaman derechos de propiedad intelectual por los terneros nacidos, ni por sus nietos. Se venden los toros y todo se salda en esa compra. Así funcionan miles de cabañas, libremente, sin protecciones especiales, sin poder fijar precios y garantizando calidad y desempeño. La cosa es totalmente opuesta en lo que a semillas respecta”, explicaron.
En el caso de las empresas semilleras, “unos pocos criaderos de semillas, concentrados en grandes empresas, mayormente multinacionales, hacen lo mismo que las cabañas ganaderas pero con las semillas. Estos son formadores de precios. La semilla de soja que el año pasado costaba unos 20 dólares por bolsa de 40 kg., hoy cuesta 30 dólares, y vaya uno a saber cuánto costará el próximo año. Cuentan con protecciones que les otorga la Ley de Semillas, aunque no les alcanza, quieren más, quieren cercenarnos el derecho de uso propio y cobrarnos cada vez que usemos como semilla el producto de nuestras cosechas. Es decir, como si el cabañero nos quisiera cobrar cuando nacen los terneros”, criticaron desde CRA.
“En el camino apelan a distintas artimañas, invierten quizás más dinero en publicidad que en mejoramiento, y no se preocupan demasiado por innovar porque no tienen competencia”, denunciaron.
Los ruralistas manifestaron su preocupación ante el inminente debate del proyecto de Ley de Semillas que permitiría el cobro de regalías cada vez que el agricultor vuelva a sembrar las semillas que una vez compró y pagó al precio que le fijaron estas empresas. “Si este proyecto prospera ¿qué será de nosotros los agricultores? ¿Quién pondrá freno a la estampida de precios que deberemos pagar todos los años a estas pocas empresas semilleras?”, lamentaron.
Los productores confederados afirmaron que las empresas “siguen tratando de capturar una mayor porción de la renta de los agricultores” que, de no poder hacer uso de su propia semilla, tendrán que pagar los precios que las semilleras impongan.
“Algunas empresas que dicen ser dueñas de un gen anuncian también ser los propietarios del genoma completo y cobran a quienes usan sus semillas un canon acorde a la cantidad de grano producido, como si esa semilla fuera la única responsable del rendimiento final”, se quejaron.
Desde CRA, solicitaron que se frene el avance de las compañías: “Son unas pocas grandes empresas semilleras que producen con distintas protecciones y que vienen por más”, afirmaron.
