La tarea se ejecuta en la empresa Procens, donde crían insectos para consumo animal. Fundada en Colonia Caroya, Córdoba, por un par de socios extranjeros, escaló y se mudó a Balcarce, Buenos Aires, donde actualmente cuenta con una nave industrial donde trabajan 25 personas.
“Acá vemos un ejemplo de la Bioeconomía que estamos proponiendo, donde antes había residuos de la industria de la papa hoy hay trabajo de alta calidad”, señaló Fernando Vilella, secretario de Bioeconomóa de la Nación, quien estuvo presente en la inauguración oficial de la planta.
En Procens con los desperdicios alimenticios se alimenta una mosca autóctona (Hermetia Ilucens) que en 12 días multiplica su peso por 10.000 biodegradando el alimento y generando un compost a escala industrial. Finalmente gracias a ese proceso digestivo se produce proteínas, aceites de calidad para la alimentación animal y una enmienda orgánica (bioinsumo) para regenerar los suelos y mejorar los rendimientos de cultivos como el de la papa.
En los últimos años, esta mosca ha ganado gran popularidad en todo el mundo, debido a que sus larvas son capaces de reciclar varios sustratos orgánicos y convertirlos en productos aprovechables por la industria. Una vez maduras, las larvas se recolectan y transforman en valiosos ingredientes para la alimentación animal.
Vilella remarcó además el ejemplo claro de economía circular que propone Procens y sostuvo que «este tipo de propuestas bioproductivas, entendemos que son parte de la solución del desarrollo de cada uno de los rincones del país».