El informe mensual de estimaciones de oferta y demanda del Departamento de Agricultura estadounidense no trajo grandes novedades, y el precio de la soja se movió atado al devenir de los pronósticos climáticos en Sudamérica. La Niña se hace sentir y el campo pide lluvias para reactivar siembras y potenciar el crecimiento de los cultivos implantados.
El precio de la soja en Argentina se contagió esta semana de la tónica bajista del mercado de Chicago, pese a que crece el temor por la falta de lluvias en principal zona productiva de nuestro país y en el sur de Brasil.
El principal driver bajista en el mercado externo de referencia es el lento ritmo de exportaciones norteamericanas en el trimestre septiembre-noviembre, cuando normalmente es el momento en que más participación tiene EE.UU. en las exportaciones mundiales de poroto, al coincidir con su época de cosecha. Este año los embarques brasileños (y, en segundo lugar, argentinos) de soja han estado particularmente competitivos, restando parte del market share americano.
El gráfico que sigue ilustra las exportaciones acumuladas de soja de EE.UU. al 30 de noviembre, en base a datos del Departamento de Agricultura americano (USDA). En el primer trimestre de la campaña comercial estadounidense 2017/18 (que va de septiembre 2017 a agosto 2018) las exportaciones suman 23 Mt, o un 38% del total de embarques que prevé el USDA para la campaña. A la misma altura del año pasado, las exportaciones ascendían al 41% del total previsto para el año, y el promedio de los últimos 5 años arroja un 40%, reforzando la idea de un aletargamiento en las ventas exteriores de soja americana.
El USDA se hizo eco de este menor ritmo de exportaciones, y en su informe mensual de estimaciones de oferta y demanda publicado esta semana recortó la previsión de embarques americanos para el nuevo ciclo comercial de 61,2 a 60,6 millones de toneladas. Con ello el stock final estadounidense 2017/18 estimado subió más de lo que se esperaba a 12,2 Mt, desde los 11,6 Mt que se habían proyectado un mes atrás y, consecuentemente, se incrementó el ratio Stock/Consumo estadounidense (que subió de 9,8% en noviembre a 10,3% en diciembre), indicador que normalmente tiene una relación inversa con los precios, ya que cuando este cociente es elevado proporciona una pauta de que las presiones de oferta superan a las de demanda.
En relación a las perspectivas para la soja brasileña, el mercado anticipa una muy buena campaña 2017/18. Según el USDA, si bien la producción caería de los 114,1 Mt obtenidos el año anterior a 108 Mt en el nuevo ciclo, las exportaciones aumentarían de 63,1 a 65,5 Mt. La brasileña CONAB, en tanto, incrementó esta semana su estimación de producción nacional de soja 2017/18 a 109,2 millones de toneladas, superando la estimación de noviembre.
En el frente nacional, falta de agua, altas temperaturas y días ventosos se han combinado para desecar los suelos, retrasando siembras y afectando cada vez más al desarrollo del cultivo ya implantado. La situación es particularmente severa en el centro-sur de Santa Fe, el suroeste entrerriano, diversos sectores en Córdoba, y el noreste bonaerense.
Así, según reporta el Ministerio de Agroindustria, el avance de las siembras de soja exhibe un notable retraso respecto a la campaña pasada. Al 14 de diciembre se lleva completada el 62% del área de intención, 7 puntos por detrás de la campaña previa. Si bien las lluvias que se esperan para el fin de semana habilitarían el paso de las sembradoras, el rinde potencial ya no es el mismo que si se hubiese sembrado en fecha óptima.
Según muestra el siguiente mapa de GEA-Bolsa de Comercio de Rosario, la mayor parte de la zona núcleo necesita aún otros 60/80 mm de agua para alcanzar una situación óptima, tal como muestra el mapa adjunto, y hay dudas que las precipitaciones previstas para el sábado dejen tales acumulados.
Limitando el impacto alcista sobre los precios de lo dicho hasta aquí, se recuerda que con un stock de grano en Argentina en niveles récord, la percepción de una oferta abundante para los meses venideros continúa firme. La última palabra la tendrá el farmer selling, en un contexto donde la rebaja gradual mes a mes de impuestos a las exportaciones puede afectar las decisiones de venta.
Queda claro, por lo pronto, que el mercado climático se ha adelantado esta campaña y cabe esperar que las próximas semanas sean de gran volatilidad en el mercado internacional de soja, siguiendo el devenir de las lluvias y las marcas térmicas en Sudamérica.