Según el relevamiento de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), el área proyectada de maíz para la campaña 2022/23 es de 7,5 MHa. La nueva estimación refleja una reducción de -2,6 % interanual y un incremento de +7 % respecto al promedio de las últimas 5 campañas.
El escenario general muestra una tendencia negativa, aunque heterogénea en términos de superficie a implantar, vinculada a: la variabilidad de los rindes recolectados durante el ciclo previo, un nivel de reservas muy ajustadas en el inicio de la ventana de siembra temprana del cereal, una relación insumo/producto más desfavorable en relación a campañas pasadas, y un aumento importante de los costos que disminuye los retornos en un ambiente de alta incertidumbre y aumenta la competencia directa de cultivos con menores requerimientos de inversión.
Frente a este panorama, se proyecta una superficie total destinada al maíz con destino grano comercial de 7.500.000 hectáreas para la nueva campaña, sujeta a la evolución de las variables económicas y climáticas.
Es importante mencionar que se realizaron ajustes en la superficie destinada al cereal en el ciclo 2021/22 luego de realizar clasificaciones supervisadas de toda el área agrícola argentina. Este trabajo mostró un número mayor de hectáreas implantadas con maíz por lo cual, la superficie final de maíz con destino grano comercial asciende a 7,7 MHa.
En términos relativos tomando en cuenta esta nueva estimación, la actual proyección refleja una reducción interanual del área sembrada del -2,6 % (es decir, unas 200.000 hectáreas por debajo de la campaña previa) y un incremento del 7 % en comparación al promedio del último quinquenio.
En cuanto al clima, el relevamiento destaca una falta de agua producto de años consecutivos de Niña. La BCBA destacó que el paso a un escenario Neutral durante los próximos meses será crucial para el cultivo.
Tanto los planteos tempranos como los tardíos requerirán de las lluvias pronosticadas para asegurar una buena implantación y transitar el período de definición de rendimiento sin perder potencial productivo. Junto con las precipitaciones, será importante censar las temperaturas máximas durante el verano para evaluar un potencial estrés termo-hídrico.
Además, el informe relevó que actualmente los niveles de humedad en los perfiles muestran una heterogeneidad mayor en comparación a la campaña previa en gran parte de la región. Particularmente en el centro de la provincia de Santa Fe y norte de la provincia de Buenos Aires, los niveles de humedad en los perfiles se encuentran muy ajustados, por lo que son necesarias lluvias importantes durante las próximas semanas para cambiar la situación.
En base a los pronósticos, para el trimestre de septiembre a noviembre las precipitaciones retornarán al este y parte del oeste del área agrícola nacional. En el caso del oeste del área agrícola, las lluvias mejoran las condiciones para realizar los barbechos.
Hacia febrero, se espera que las lluvias retornen a toda el área agrícola nacional. De darse este escenario, las reservas hídricas mantendrán buenos niveles en los momentos donde parte del cereal estaría transitando su período crítico.