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De la esperanza a la bronca: productores yerbateros en Misiones castigaron al oficialismo libertario y respaldaron a un viejo conocido del sector.

La elección dejó una postal inesperada, ya que muchos productores que habían respaldado con entusiasmo a Javier Milei esta vez dieron un giro drástico y apoyaron a Héctor "Cacho" Bárbaro, referente del Partido Agrario y Social (PAYS), con fuerte base en el sector productivo.

La elección legislativa del domingo pasado en Misiones dejó un mensaje fuerte desde las chacras, miles de pequeños productores yerbateros, que en 2023 apoyaron con entusiasmo al actual jefe de estado, esta vez le dieron la espalda a La Libertad Avanza (LLA) y empujaron el resurgimiento de un viejo conocido del sector, Héctor “Cacho” Bárbaro.

El escenario electoral mostró un reparto fragmentado de votos. El Frente Renovador se impuso con el 28,5% de los sufragios, en lo que fue considerado un resultado moderado para el oficialismo provincial. En segundo lugar quedó Diego Hartfield, el candidato de Milei, con el 21,8%. El podio lo completó Ramón Amarilla (19,2%), pero la gran sorpresa fue Bárbaro, quien con apenas el 9% logró posicionarse como un símbolo de resistencia desde el interior productivo.

Docente, exdiputado nacional, productor yerbatero y referente del Partido Agrario y Social (PAYS), Bárbaro capitalizó el malestar de los colonos frente a la política de desregulación del sector impulsada por el DNU 70/2023. Esa norma, firmada por Milei a fines de 2023, le quitó al Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) la potestad de fijar precios mínimos, una medida que desató una crisis profunda en la economía regional.

“La materia prima hoy se paga a 200 pesos o menos, cuando el costo real ronda los 450. Y encima te pagan con cheques a 30, 60 o 90 días. Esto no es libre mercado, esto es esclavitud”, denunció Bárbaro durante la campaña. Distanciado del kirchnerismo camporista pero asociado históricamente al peronismo rural, logró captar el voto de productores que en su momento apoyaron a Milei y que hoy también rechazan a Cristina Fernández de Kirchner.

En los municipios yerbateros del Alto Uruguay, como San Vicente, 25 de Mayo, San Pedro, Pozo Azul, Alba Posse o Campo Ramón, el PAYS se impuso como fuerza mayoritaria. En otros como El Soberbio y Panambí estuvo a pocos votos de ganar. “Ganó la voz de la chacra; es la revolución yerbatera”, declaró Bárbaro tras los comicios.

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Por otro lado, la visita de Karina Milei a Oberá, diez días antes de la elección, terminó siendo contraproducente. La hermana del Presidente fue recibida con reclamos por parte de tareferos y pequeños productores, indignados por el deterioro de sus ingresos. Hartfield, el candidato oficialista, no logró retener el respaldo rural que Milei había cosechado en 2023, cuando arrasó en la provincia sin pisarla ni desplegar estructura partidaria.

Otro caso llamativo fue el de Martín Arjol, diputado nacional radical que hasta hace poco se presentaba como defensor de los productores, pero que en esta campaña optó por alinearse con la política libertaria. Su apoyo público a la desregulación y su foto junto a Federico Sturzenegger (principal impulsor de la medida) le costaron caro: terminó en quinto lugar, fue expulsado de la UCR y quedó políticamente debilitado. “Martín me decepcionó”, resumió Cristian Klingbeil, pequeño productor yerbatero y referente local.

Desde Coninagro, el dirigente Manfredo Seifert también expresó su preocupación: “La yerba mate venía bien antes de la llegada de Javier Milei. Su política destruyó algo que funcionaba”. El llamado "semáforo" que la entidad usa para medir la salud de las economías regionales había ubicado a la yerba mate en el primer lugar antes del DNU, con buenos niveles de producción, exportaciones y precios al productor.

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A pesar del retroceso de LLA en buena parte de la provincia, el oficialismo nacional logró retener el municipio de Andresito, zona también yerbatera pero con una estructura productiva más concentrada. Ese dato marca una diferencia clave: los grandes productores siguen en parte alineados con el modelo libertario, mientras que los pequeños colonos y las familias tareferas viraron el voto.

“Creo que gran parte de los yerbateros dieron vuelta su voto, salvo Andresito. El pequeño productor fue el que cambió”, explicó Cristian Castro, diputado provincial del PAYS.

Lo ocurrido en Misiones podría ser un indicio de lo que se avecina en otras regiones del país, donde las economías regionales enfrentan problemas similares: apertura comercial, tipo de cambio bajo y falta de herramientas de protección. La elección mostró que, más allá de los discursos ideológicos, el voto del campo tiene memoria económica y capacidad de reacción.