En el Día Internacional de la Mujer, nos hicimos una pregunta: ¿qué participación tiene el género en la toma de decisiones o en la dirigencia gremial del campo? Es que, si bien -según datos del Censo Nacional Agropecuario 2018- creció 16% la participación de las mujeres en la producción agropecuaria, no es una realidad que se refleje en la dirigencia. Si miramos los números, nos damos cuenta de que sólo 1 de 12 de las entidades más importantes del campo en Argentina cumple con el 50% de mujeres en su órgano de conducción.
En el último informe sobre equidad de género que difundía la Fundación CEDEF, y firmaba su Presidenta, Mariana Stegagnini, señalaban que "dificilmente Argentina y los países la región sean capaces de expresar todo su potencial sin equidad de género".
Para la organización, "reconocer cuál es la agenda global, y cuál debiera ser la agenda local de empoderamiento de las mujeres en la producción agroalimentaria y la redefinición de los sistemas alimentarios hacia un futuro sostenible, es una responsabilidad de los líderes y tomadores de decisiones que son parte de la discusión, e incluyen al sector público, privado y de entidades intermedias".
Sin embargo, coinciden en que el camino a recorrer es enorme en términos de representatividad. Stegagnini comentaba que "el Estado Argentino ha demostrado un distintivo enfoque y por primera vez en su historia, un organismo de ciencia y técnica como el INTA es presidido por una mujer, la Ingeniera Agrónoma Susana Mirrassou; mientras que el CONICET está dirigido por la doctora Ana María Franchi".
Pero, mientras tanto, en las entidades representativas del sector productivo agropecuario, la brecha de género es enorme. De doce entidades que relevó la Fundación, sólo una, la Federación de Organizaciones Nucleadas de la Agricultura Familiar, tiene paridad, o un 50% de mujeres en su conducción. Si vamos a la Mesa de Enlace, y ponemos el ojo sobre las cuatro entidades que la conforman, podemos ver claramente esta realidad.
La Federación Agraria Argentina es, de las cuatro, la que más representatividad femenina tiene en su comisión directiva, que llega al 13% de mujeres (7 de 54 miembros lo son). Le sigue la Sociedad Rural Argentina con el 5,5% (solo 1 de 18 miembros de la conducción son mujeres). Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y Coninagro no tienen mujeres en su conducción. Y ninguna de las cuatro entidades más representativas del campo, las que se sientan a negociar con los Gobiernos y las que, por ejemplo, llevarán a cabo un paro de comercialización esta semana, tiene a una mujer como líder o Presidenta.
Así lo graficaba la Fundación CEDEF:
Sin embargo, no es algo que pase estrictamente en Argentina y en el sector agropecuario. El reporte global de brecha de género del World Economic Fourm mide la brecha entre hombres y mujeres en salud, educación, trabajo y política a nivel global; y en su edición 2020 refleja la enorme disparidad que aún existe en el mundo en relación al acceso a cargos de conducción. Presentando los primeros 10 países y segmentándolos, su escala expone que Latinoamérica se encuentran entre los últimos del ranking, si bien reconoce que varias naciones han logrado un progreso destacable durante 2019. Adicionalmente, sostiene que las mujeres que acceden al cargo perciben menos ingresos que sus pares por realizar la misma tarea, ya sea con igual o superior calificación. Aún así, es un buen día para plantearse el desafío.
