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¿El clima de negocios global impulsan a los commodities? el análisis de un experto sobre las tensiones bélicas

En Argentina el clima desafía la siembra de trigo, mientras la soja se comercializa a gran ritmo por temores a cambios fiscales.

Los precios de los commodities agrícolas atraviesan días de fuerte dinamismo, impulsados por un combo de factores que van desde el escenario geopolítico global hasta las decisiones de grandes economías y las propias condiciones productivas. En paralelo, en Argentina el clima desafía la siembra de trigo, mientras la soja se comercializa a gran ritmo por temores a cambios fiscales.

El conflicto entre Israel e Irán generó un repunte del precio del petróleo, lo que desató un clásico “vuelo a la calidad” por parte de los inversores. Esto terminó beneficiando a los commodities, según explicó Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.

“A este contexto se sumó la aprobación en Estados Unidos de un objetivo de consumo de biodiésel mayor al esperado, lo que impulsó el precio del aceite y, en consecuencia, traccionó también al poroto de soja”, detalló Romano.

Por otro lado, los recientes acercamientos diplomáticos entre Estados Unidos y China aportaron una cuota de calma a los mercados. “Este avance reduce la incertidumbre global y favorece el comercio agrícola. China está importando mucho más, sobre todo desde Brasil, que venía demorado con sus embarques”, destacó el especialista.

En el plano productivo, el clima acompaña de momento a los cultivos de soja y maíz en Estados Unidos. Aunque los meses clave serán julio y agosto, la campaña avanza sin contratiempos y el USDA elevó sus proyecciones de exportación de maíz para 2024/25.

El trigo, en cambio, sigue presionado: “Las cosechas están estabilizadas, los fondos muy vendidos y, si bien las exportaciones 25/26 superan el ritmo habitual, tal vez Chicago esté demasiado bajo”, advirtió Romano.

En Argentina, las lluvias intermitentes dificultan el avance de la cosecha gruesa y la siembra de trigo, sobre todo en el noreste de Buenos Aires, donde el exceso hídrico podría recortar el área destinada al cereal.

Al mismo tiempo, la comercialización de soja se aceleró notablemente. “En la última semana se vendieron más de 2 millones de toneladas, motivadas por necesidades financieras, vencimientos de fijaciones y el temor a un aumento de las retenciones desde el 30 de junio”, señaló Romano. El mercado ya estaría anticipando ese posible ajuste impositivo: “La posición noviembre ya habría descontado buena parte de esa suba en los derechos de exportación”, indicó.

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