Clima

El infierno quedó en el pasado: pronostican un verano sin grandes olas de calor

Hace un año se declaraba alerta roja por ola de calor para 5 provincias. Las olas se reiteraron. Fueron 10 con una última en el mes de marzo mientras atravesábamos la última fase de La Niña. Con la llegada del El Niño, el infierno quedó en el pasado....

Hace un año se declaraba alerta roja por ola de calor para 5 provincias. Las olas se reiteraron. Fueron 10 con una última en el mes de marzo mientras atravesábamos la última fase de La Niña. Con la llegada del El Niño, el infierno quedó en el pasado.

Es que el informe agroclimático de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, indica que “en lo que hace a la perspectiva a corto y mediano plazo, es probable que los aportes de lluvias continúen reponiendo las reservas de humedad de los suelos, al mismo tiempo que las temperaturas se mantendrán moderadas con bajo riesgo de calores intensos, mejorando las proyecciones productivas”.

De acuerdo con el reporte elaborado por el climatólogo Eduardo Sierra, durante diciembre de 2023 la circulación tropical logró superponerse a los vientos polares y, aunque se produjeron algunos episodios de fríos tardíos, la atmósfera recibió un abundante aporte de humedad y calor.

Gracias a ello, El Niño alcanzó su plenitud, extendiendo el calentamiento a vastas extensiones de los mares, y superponiéndose al enfriamiento que había prevalecido hasta entonces.

Y agrega que las lluvias que acompañaron estos fenómenos llevaron abundante humedad a gran parte del área que venía sufriendo sequía, aunque los aportes fueron irregulares, dejando algunas zonas sin alivio, y anegando otras.

En este marco, los fenómenos de tormentas han continuado, “pero conservando una modalidad violenta y fragmentaria, sin llegar a mostrar un patrón regular”, completa.

En lo que respecta a la mirada de largo plazo, la Bolsa porteña sostiene que “se presentará el riesgo que, una vez consumido el exceso de energía que estaba acumulado en la atmósfera, los mecanismos de precipitaciones vuelvan a deprimirse”.

En este caso, sí puede llegar a incrementarse el riesgo de fuertes calores, pero acotados a las zonas que reciban aportes pluviométricos insuficientes.

El otoño y la presencia de El Niño:

A partir del otoño, la presencia todavía de El Niño provocará un incremento de las precipitaciones que aliviará, al menos parcialmente, el estado de las zonas que fueron afectadas durante el verano, “pero al mismo tiempo podría causar tormentas de gran intensidad sobre la Cuenca Alta y Media del Paraná y el Uruguay, causando una crecida de grandes proporciones, con inundaciones ribereñas y anegamiento de campos bajos”, añade el documento.

Por último, y también citando un aspecto que constituye un alivio en términos de temperaturas, subraya que “hacia el final de la estación, comenzará a notarse el aumento de la influencia de los vientos polares, teniendo lugar marcados descensos térmicos, aunque es probable que el riesgo de heladas tarde más en concretarse que en las temporadas anteriores”.