Actualidad

El INTA avanza con su reestructuración en medio de protestas

A pesar de los reclamos, el Gobierno avanza con cambios en el INTA. Se proyecta la fusión con el INTI para crear un nuevo ente de desarrollo tecnológico.

El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) está atravesando una profunda transformación institucional que generó un fuerte rechazo por parte de sus trabajadores. La conducción del organismo, encabezada por Nicolás Bronzovich, desde el 2024, comunicó esta semana una reestructuración interna a través de una resolución que redibuja áreas de la estructura administrativa.

Aunque aún no se oficializaron los nombres que ocuparán los nuevos cargos, ya se definió la creación de una Secretaría de Coordinación Técnica Administrativa, que concentrará la gestión de recursos humanos, materiales y financieros. También se reformularán distintas direcciones nacionales: Recursos Humanos pasará a ser una coordinación nacional con enfoque organizacional, al igual que el área de Sistemas, que sumará el eje de tecnología.

Sin embargo, estos cambios no son aislados. Forman parte de un plan más amplio que contempla la posible unificación del INTA con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), dando lugar a una nueva entidad llamada Instituto Nacional de Convergencia Tecnológica y Desarrollo Estratégico (INCyTDE). Esta iniciativa fue esbozada en un borrador presentado a comienzos de año y mencionada en reuniones con referentes del sector agropecuario, aunque sin mayores precisiones. Según trascendió, un decreto presidencial podría oficializar el proyecto en las próximas semanas.

El clima dentro del INTA se tornó tenso. El viernes pasado, más de un centenar de trabajadores realizaron protestas en distintas sedes del organismo bajo la consigna “El INTA no se vende”. Denunciaron un proceso de vaciamiento impulsado desde el Gobierno nacional, con críticas dirigidas especialmente a Bronzovich y a María Beatriz Giraudo, señalados como responsables de aplicar medidas que –según afirman– podrían afectar tanto a los empleados como a las líneas históricas de investigación del instituto.

Durante las protestas, hubo escraches a funcionarios, que fueron registrados en video por los manifestantes. Los empleados, en estado de asamblea permanente, advierten que la posible fusión con otros organismos no solo pondría en riesgo fuentes laborales, sino que implicaría el cierre o debilitamiento de áreas estratégicas vinculadas al desarrollo agropecuario.

Mientras tanto, la conducción del INTA insiste en que las reformas apuntan a “mejorar la eficiencia” de la estructura operativa y administrativa del organismo.