Desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) brindan una guía sobre cómo seleccionar pasturas que lleven al máximo la producción ganadera. En este sentido indican que es importante ante “la alta variabilidad de condiciones de terreno que presentan los ambientes de Chaco y Formosa” .
Voz de especialista del INTA sobre distinguir la pastura
Para Cristian Ramírez −investigador del INTA El Colorado, Formosa−, “es fundamental” caracterizar el ambiente y utilizar las pasturas mejor adaptadas para que puedan manifestar todo su potencial en lo que respecta a productividad de materia seca”. Y agrega que “es importante utilizar las pasturas mejor adaptadas a las condiciones particulares de cada tipo de suelo para maximizar los beneficios productivos”.
En este sentido, indicó que “el pasto Tangola (Brachiaria arrecta x Brachiaria mutica) es una opción accesible y flexible para los suelos bajos e inundables, con permanencia prolongada de agua”.
“Esta pastura también se reproduce mediante guías y es conocida por su excelente digestibilidad, tanto en hojas como en tallos, lográndose en esta especie una alta conversión alimenticia del ganado”, puntualizó.
En tanto, desde el INTA remarcaron que “a su vez, aconsejó incorporar la Grama Rhodes para los suelos de media loma, ya que esta especie se adapta a las características de estos sueños, al igual que el Dicantio. La Grama Callide presenta varios cultivares, entre los que se destaca Grama Rhodes cv Callide por su calidad forrajera y Grama Rhodes cv Katambora por su alta producción de semilla, logrando una rápida implantación. Esto la convierte en una alternativa eficaz para mejorar la cobertura del suelo en estas áreas de media loma, que en nuestra región se caracterizan por ser suelos pesados.”
“En lo que respecta a las Brachiarias (actualmente conocidas como Urochloa) se usan para suelo de loma con características entre franco arenoso a limoso. Entre las especies más utilizadas de las Brachiarias, Ramírez subrayó la importancia de la Brachiaria brizantha cv Marandú que presenta una mayor capacidad de adaptabilidad y la Brachiaria ruziziensis caracterizada por su buena palatabilidad. Además, existen híbridos como el Mulato II y Mavuno con los que se trabajó sobre su calidad forrajera para convertirlo en una opción valiosa para enriquecer la dieta del ganado”, añaden desde el organismo.
El INTA, las pasturas y lluvias
Por último, el especialista destacó: “Si las lluvias durante estos meses no se presentan, es recomendable posponer la siembra hasta fines del verano o principios del otoño, en donde las temperaturas serán beneficiosas para la siembra e implantación de las pasturas conforme al contenido de humedad acumulada en el perfil del suelo durante las sucesivas lluvias en los meses de verano”.