El resultado de las elecciones legislativas de octubre reconfiguró el mapa político nacional y dejó un Congreso sin mayorías propias, pero con un oficialismo fortalecido. Según el informe de la Fundación Barbechando, la alianza LLA–PRO pasó de ser minoría a convertirse en la primera fuerza en Diputados, con 107 bancas, y logró triplicar su presencia en el Senado, alcanzando 25 escaños.
Este escenario de “Congreso de tercios” plantea una nueva dinámica de poder, donde las negociaciones serán permanentes entre bloques grandes y un centro con capacidad de definir los temas clave. El oficialismo, con el respaldo suficiente para sostener vetos, enfrentará el desafío de articular acuerdos para avanzar en su agenda de reformas estructurales.

Dentro de esa agenda, Barbechando destaca tres ejes con fuerte impacto productivo: reforma laboral, reforma impositiva y presupuesto. Estos temas podrían abrir una ventana de oportunidad para el agro, especialmente en iniciativas vinculadas a biocombustibles, fitosanitarios e infraestructura, que históricamente han tenido un papel relegado en el debate legislativo.
El nuevo Congreso también se caracteriza por una mayor presencia de legisladores vinculados al campo. Productores, empresarios y técnicos de distintas provincias integran la nueva camada de representantes que buscan fortalecer la agenda agroindustrial. Entre ellos se encuentran Gisela Scaglia (Santa Fe), Pablo Cervi (Neuquén), Alicia Fregonese (Entre Ríos) y Carlos Zapata (Salta), entre otros.
