Para la tan nombrada búsqueda de competitividad, hay un elemento, una decisión o inversión, que es imprescindible: la tecnología. Puede ser la de insumos, que requiere de una inversión concreta, o la de procesos, que representa el hecho de hacer bien las cosas.
Sobre esto hablaron en su paso por Radio Campo -por Radio Colonia- los socios en Zorraquín Meneses, Teo Zorraquín y Alejandro Meneses, que coinciden en que, primero, la tecnología de procesos se vuelve necesaria. “Así como el glifosato se puede aplicar bien o mal, también se puede sembrar bien o mal con la misma sembradora y al mismo costo, o se puede sembrar cuando se nos ocurra o bien hacerlo analizando las recomendaciones del INTA, grupos CREA, Aaapresid”, explicaba Zorraquín.
Ese es el concepto de eficiencia que es más barato, que resulta de fácil aplicación pensando en que, de hecho, el conocimiento ya está disponible. Pero hay otra incorporación de tecnología que requiere dinero extra, como la tecnología de precisión, de ambientación, y todos los nuevos sistemas de siembra que están generando más rendimiento.
“Ese salto tecnológico se está dando pero es lento. Lo importante es que el campo tiene un margen de mejora todavía, necesita de condiciones, pero con conocimiento y tecnología puede seguir creciendo”, sumó Zorraquín.
A su turno, Meneses asegura que hay una relación directa entre la baja del margen de rentabilidad y la inversión en tecnología, algo que podríamos creer que se da a la inversa. “Las grandes incorporaciones de tecnología tienen que ver con las crisis de rentabilidad, porque si uno tiene alto retorno es difícil que mires para otro lado o sólo lo harían para demostrar agricultura de punta”, explica.
Sin embargo, advierte que el productor sabe que su supervivencia depende de la incorporación de tecnologías. “No quedan muchos productores en cualquier rubro que tengan buenas condiciones si no incorporaron ya un nivel medio de tecnología”, sostiene.
En ese sentido, recuerda casos como el de la llegada de la siembra directa, la soja RR, el glifosato, e indica que “su explosión fue por la simplificación de la producción que llevó a menores costos, sino no hubiese llegado a ser el 90% del modelo productivo nacional”.
Lo que sí hacen los productores a la hora de incorporar tecnología con bajos márgenes de rentabilidades pensar bien qué inversión hace. “Uno podría pensar que en épocas de menor rentabilidad se va a inversiones de bajo retorno como los fertilizantes o buenas semillas. Eso pasa, sin dudas. Pero también vemos que, por ejemplo, este primer semestre creció la venta de maquinaria agrícola sin nada de acceso a financiamiento”, concluyó Zorraquín.