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El promisorio descubrimiento sobre la planta de romero que abre puertas a una vinculación tecnológica con la Unión Europea

Un equipo de estudio del CONICET descubrió que el uso de extractos de una variedad local de la planta de romero tiene un efecto protector contra microorganismos en los cultivos. El grupo forma parte de una colaboración científica con laboratorios de Europa y una compañía de Irlanda, con apoyo financiero internacional.

Desde el CONICET expresaron que “el romero, esa inconfundible planta aromática frecuente en el mundo culinario, es además un gran protector para los cultivos frente al ataque de patógenos, según demuestran las investigaciones de un equipo del CONICET liderado por María Rosa Marano en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR, CONICET-UNR). Estos resultados llevaron al grupo a integrar un consorcio internacional junto a países de Unión Europea (UE) y la empresa irlandesa BioAtlantis, que cuenta con un financiamiento de un millón de euros hasta el año 2027, por parte del Programa Marie Skłodowska-Curie Actions (MSCA-Staff Exchange) de la Comisión Europea”.

Respecto a CropPrime, como fue denominada esta alianza, relataron que “busca llegar a la formulación de un producto comercial en base a una mezcla sinérgica de compuestos de origen natural, que constituya una alternativa no tóxica y amigable con el ambiente. “Nos proponemos generar nuevas tecnologías que puedan ser utilizadas como bioestimulantes o protectores frente a distintos tipos de estrés biótico, causados por virus, bacterias y hongos, o abiótico, causados por temperaturas extremas o poca disponibilidad de agua”, indicó Marano.

Romero: fábricas naturales de compuestos

En este sentido desde el CONICET relataron que “el conocimiento sobre las propiedades de las plantas para el tratamiento o prevención de enfermedades y malestares ha sido transmitido en diversas culturas desde la antigüedad, y ha llegado a ser la base de gran parte de la medicina tradicional. Se han identificado más de cincuenta mil compuestos de origen vegetal que exhiben un amplio rango de actividades biológicas. Pero, ¿por qué las plantas generan esta diversidad de sustancias? A diferencia de los animales, las plantas tienen un metabolismo secundario que les permite producir y acumular compuestos de naturaleza química muy diversa. Estos metabolitos secundarios son importantes para la supervivencia de las plantas, ya que tienen un rol fundamental en la adaptación al estrés ambiental y en la defensa frente a predadores y patógenos.”

“La especie Salvia rosmarinus, como se denomina al romero en el ámbito científico, ha ganado importancia en el campo de la investigación por sus atributos como antiinflamatorio, microbicida y antioxidante. Se ha probado que estos efectos son dados por los metabolitos secundarios más abundantes en la planta: el ácido carnósico, el carnosol y el ácido rosmarínico. Este último es el principal componente del extracto acuoso de romero y “ha sido muy investigado en relación a la salud humana; hoy hay muchos productos que lo incluyen como antioxidante en la industria cosmética. Sin embargo, somos el primero y quizás el único grupo en probar el efecto que tiene este ácido sobre otras plantas”, señala Lucila García, biotecnóloga e investigadora del CONICET en el IBR”, añadieron.

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Pavel Kerchev, Lucila García y Maria Rosa Marano en el IBR. Crédito: IBR/ Elizabeth Karayekov.

Efecto del extracto de romero

En este sentido, Marano relata que “no existe ningún agente químico para evitar la propagación viral en cultivos”. “Encontramos un efecto importante de la aplicación del extracto de romero en el desarrollo de la enfermedad viral, disminuyendo los síntomas”, agregó.

En plantas, tiene un efecto protector, que las prepara y aumenta su respuesta de defensa en el momento en que la planta se somete a un estrés”, reveló García, y Marano sintetizo: “Actúa como una especie de vacuna”. Trabajando con otros patógenos y plantas pudieron demostrar además que la protección es eficaz en el caso de enfermedades causadas por bacterias en cítricos o por hongos en soja, sugiriendo que “existe una acción extendida que es independiente del patógeno y de la planta”, afirmó García.

Sin embargo, aclaró Marano, que no cualquier planta de romero genera un extracto con estas características, porque “los metabolitos secundarios que se producen cambian dependiendo la variedad de romero y las condiciones climáticas en que se desarrolla la planta”. “El INTA nos provee de las plantas y en colaboración con la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la UNR realizamos los extractos que luego utilizamos en los ensayos, que contaron además con el financiamiento de la Fundación Williams”, aseguró.

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CropPrime: una red de intercambio

“En este caso sería buscar alternativas al uso de agroquímicos generando nuevas formulaciones, en base a distintos extractos naturales que protejan a los cultivos del estrés biótico y abiótico”, aclaró García, y agregó: “Es condición que los distintos grupos de trabajo estén en países en vías de desarrollo y que se incluya una empresa privada”.

CropPrime queda conformado por laboratorios de República Checa, Bulgaria, Bélgica y Sudáfrica que se unen al dirigido por Marano en IBR y a la empresa de desarrollos biotecnológicos BioAtlantis radicada en Irlanda. La empresa cuenta con dieciséis años de experiencia en el mercado y son pioneros en aplicar la tecnología de “priming”, que involucra el uso de sustancias bioactivas que estimulan una respuesta molecular en los cultivos y los prepara para afrontar situaciones de estrés. “En Argentina los productores utilizan varios de los bioestimulantes desarrollados por la empresa”, afirmó Marano, y destacó que colaborar con tantos grupos de investigación europeos en la construcción de este propósito en común es muy valioso. “En cada laboratorio hay determinados objetivos a cumplir; dentro del proyecto estamos probando además del romero con extractos de algas y de hongos”, indicó Marano. Sin embargo, Pavel Kerchev, miembro del consorcio e investigador de la Universidad Mendel en Brno (República Checa), develó que en base a los buenos resultados que ha dado el romero, “hoy en día mucho del trabajo que hacemos en CropPrime es en torno a entender cómo funciona el ácido rosmarínico”, finalizó.

Fuente: CONICET