
Esta innovación, que se exporta a más de 50 países, marcó un antes y un después en la forma de almacenar granos en todo el mundo. Su flexibilidad, bajo costo y hermeticidad la convierten en una solución estratégica tanto para el productor como para la agroindustria. En el Segundo Congreso Internacional de Silobolsa, que se realizará del 15 al 17 de octubre en Balcarce, Buenos Aires, especialistas del INTA y empresas del sector debatirán sobre los desafíos y oportunidades de este sistema.
Lo que comenzó como una alternativa para suplir la falta de capacidad en acopios y puertos se transformó en un verdadero cambio de paradigma en la poscosecha. El silobolsa, fabricado en polietileno y con una capacidad de hasta 200 toneladas de trigo por unidad, permite almacenar entre 50 y 55 millones de toneladas de granos por año en Argentina.
“Esta tecnología se exporta a más de 50 países y se posiciona como un caso de innovación disruptiva, que desde los campos argentinos marcó un antes y un después en la forma de almacenar granos en todo el mundo”, aseguró Ricardo Bartosik, investigador del INTA Balcarce, quien destacó que “el silobolsa puede tener un enorme impacto en el mundo, especialmente en esos países donde hay déficit de almacenamiento”.
En esa línea, subrayó que “el INTA fue un actor clave en todo el proceso, al sentar las bases tecnológicas para su implementación”.
Para el especialista, el futuro del sistema está en la incorporación de tecnología: “El próximo paso es incorporar sensores, inteligencia artificial y monitoreo remoto para anticipar problemas y garantizar trazabilidad. El silobolsa no es solo una bolsa: es un sistema que se está proyectando hacia la agricultura digital”.
“El silobolsa brinda ventajas logísticas y económicas clave: genera capacidad adicional en los campos, permite segregar granos, mantener su identidad y reducir costos. Además, se adapta a distintas escalas productivas, desde pequeños agricultores hasta grandes exportadores”, explicó Bartosik.
También remarcó que el desarrollo aporta flexibilidad y eficiencia económica: “Permite segregar granos, mantener identidad varietal, bajar costos logísticos y generar capacidad extra en el propio campo, eso es innovación al servicio de la producción”.
En cuanto al manejo del sistema, Bartosik advirtió que “el peor enemigo de la conservación de granos es la humedad”, y señaló que esta es una limitante para el tiempo de conservación. Además, advirtió que “si bien el silobolsa es hermético y flexible, también es frágil”, por lo que aconsejó realizar un monitoreo constante.
El INTA, explicó, acompaña el desarrollo de mecanismos de control y evaluación de la hermeticidad de las bolsas.
El sistema también dio origen a un clúster nacional de empresas que fabrican maquinaria, insumos, sellados y sistemas de monitoreo, consolidando un ecosistema tecnológico con más de 20 años de experiencia.
El silobolsa, al estar fabricado en polietileno, ofrece una condición hermética que restringe el intercambio de gases, generando bajas concentraciones de oxígeno y mayores niveles de dióxido de carbono. Esta atmósfera controlada protege la calidad de los granos. Ensayos con maíz, soja, trigo y girasol demostraron que, en productos secos, no se registran pérdidas de calidad durante al menos un año de almacenamiento, incluso bajo condiciones climáticas adversas.
Todo el conocimiento, en un Congreso
Del 15 al 17 de octubre se realizará el 2º Congreso Internacional de Silobolsa en Balcarce, Buenos Aires, bajo el lema “Expandiendo Horizontes: El Futuro del Silobolsa en la Agricultura Global”.
El encuentro propondrá debatir sobre el rol del silobolsa como herramienta clave para la agricultura moderna, su evolución tecnológica y su capacidad de adaptación frente a los nuevos desafíos del sector. Habrá conferencias, rondas de negocios y una jornada de campo destinada a conectar saberes, tecnología y futuro.
El congreso reunirá a especialistas nacionales e internacionales que abordarán temáticas como la experiencia de uso en distintos países, maquinaria e innovaciones tecnológicas, logística, trazabilidad e identidad preservada. También se tratarán temas vinculados a la hermeticidad, atmósferas controladas, prevención de hongos y micotoxinas, control de insectos, buenas prácticas y reciclado de plásticos.