Más de 80 mil hectáreas de bosque se perdieron durante 2019 en el norte argentino, según un relevamiento de Greenpeace que asegura que las principales causas se deben al avance de la frontera agropecuaria para ganadería y soja transgénica, y a los incendios.
A lo largo del año pasado se perdieron “80.938 hectáreas de bosques en las cuatro provincias con más desmontes del país: Chaco, Santiago del Estero, Formosa y Salta“, reza el informe de la organización ambientalista, que remarcó que “un tercio” de éstos “se produjeron en bosques protegidos” por la denominada Ley de Bosques.
La ley (26.331) de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos aprobada en 2007 y reglamentada en 2009 por el Poder Ejecutivo, establece que las provincias deberán realizar el ordenamiento territorial de sus bosques nativos y determina diferentes categorías para los posibles usos de las tierras boscosas.
En ese sentido, las áreas clasificadas como Categoría I (rojo), son sectores de “muy alto valor de conservación” que “no deben desmontarse ni utilizarse para la extracción de madera y que deben mantenerse como bosque para siempre“; mientras que la Categoria II (amarillo) tienen un “alto o medio valor de conservación” y pueden ser degradados pero “no pueden desmontarse“.
Por otro lado, Greenpeace manifestó que pese a la sanción de la normativa nacional, desde 2007 ya se desmontaron casi un millón de hectáreas de bosques protegidos. Además, la entidad explicó que “las multas no son suficientes para desalentar la deforestación en zonas protegidas” y que “salvo unas pocas excepciones, no se reforestaron los bosques desmontados ilegalmente“.