El campo es parte de esa cadena de solidaridad típica de la Argentina que se abrió en medio de esta pandemia que llegó a nuestro país. Son incontables los casos en los que el sector está haciendo, como muchos otros, su aporte para prevenir el contagio, sobre todo el las localidades del interior de cada provincia.
Lo propio pasa en Carlos Tejedor, provincia de Buenos Aires, donde el Municipio planteó a las empresas de fumigación locales pulverizar la ciudad con cloro diluido en agua para desinfectar y evitar que se propague el virus, que todavía no ha llegado a esa parte del noroeste bonaerense.
Alexis Domínguez es quien, en medio de la noche, y con todo el pueblo cumpliendo la cuarentena en sus hogares, se subió a la pulverizadora que utilizan para trabajar con su padre en El Mosquito Aplicaciones desde hace 25 años, con el objetivo de desinfectar el pueblo.
En diálogo con Radiocampo -por Radio Colonia- Alexis cuenta que “la idea surgió del Gobierno local, me preguntaron si me animaba a hacer la aplicación en zona urbana y sin dudarlo dije que sí”. Fue una experiencia totalmente nueva, cuenta, porque la máquina es de gran tamaño y en algunas partes de la ciudad las dimensiones son chicas.
Por eso se puso a idear un plan para lograr una cobertura pareja y cumplir su objetivo sin dejar de desinfectar las veredas, por ejemplo, que eran zonas más difíciles de alcanzar. “Apuntando pastillas para diferentes ángulos lo fui logrando”, cuenta.
Pulverizaron con 2,5 litros de cloro cada 1.000 litros de agua y fueron 200 por hectárea. Cubrieron así toda la planta urbana de la cabecera del distrito, aunque la máquina de otra empresa se encargó de algunos barrios a los que no pudieron acceder.
La idea es repetir la aplicación porque el trabajo quedó bien hecho. “Lo hicimos de noche y la humedad relativa acompañaba mucho a que el cloro no se evapore y dure un poco más”, relata el tejedorense que resalta el rol de las Buenas Prácticas Agrícolas también en aplicaciones de este tipo.
“Estoy muy contento porque, generalmente, la pulverizadora no es muy bien vista en zona urbana, y poder dar este aporte en un momento tan difícil como el que estamos pasando, me da mucho orgullo. Lo volvería a hacer, es lo mínimo que podemos hacer en este contexto”, dice, y resume: “Yo aporto la máquina, el Municipio aporta el agua y el cloro, nos unimos y pudimos hacer una aplicación exitosa”.
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