A pesar de los severos incendios ocurridos entre noviembre de 2016 y febrero de 2018, aún persiste un remanente de 2.4 millones de hectáreas de alto riesgo para la ocurrencia de incendios durante la próxima temporada de fuegos. En este contexto, técnicos del INTA Anguil, La Pampa, dan recomendaciones para prevenirlos.
Pablo Vázquez –especialista en gestión ambiental y recursos naturales del INTA Anguil, La Pampa–, aseguró que hay 2.4 millones de hectáreas de alto peligrosidad para los incendios de la próxima temporada noviembre 2018-febrero 2019 y aseguró que, hasta el momento, la predictibilidad del modelo es cercana al 85 %.
En este punto, confirmó que “se registran incendios importantes en los departamentos Loventué y Chalileo, ambos coinciden con las áreas estimadas como de alto riesgo”. En cuanto a las estimaciones, explicó que se debe a hay una importante región no incendiada en más de 10 años que se suma a un proceso de acumulación de forraje del último ciclo productivo y a áreas arbustadas de manera generalizada en la región.
El mapa de peligrosidad para incendios fue generado a partir del modelo desarrollado por el INTA en el que se consideran como variables de entrada las áreas sin fuego durante los últimos 10 años, la productividad forrajera superior al 20 % respecto a la media estimada, la dificultad para acceder a los sitos, las áreas de conservación, las arbustadas y la presencia de tendido eléctrico de alta tensión.
Y aclaró: “Si bien este modelo identifica las áreas de mayor peligrosidad, cualquier área puede incendiarse”.
Incendios: mejor prevenir que combatir
Desde el INTA consideran fundamental poner el foco en las tareas de prevención que consisten en mantener limpias de material combustible las picadas cortafuego, alambrados e instalaciones.
Para prevenir los incendios, se recomienda hacer un adecuado manejo del pastoreo y rotación de cultivos en zonas susceptibles de incendio, como así también realizar quemas preventivas controladas en los momentos adecuados durante el año.
Además de mantener alambrados, cortafuegos, picadas e instalaciones libres de vegetación con arado o rastra de discos en una franja de ocho metros a cada lado del alambrado en los potreros con vegetación baja y de 20 metros en los campos con monte.
También es importante no dejar materiales inflamables expuestos a altas temperaturas como leña, papel, pintura y/o combustibles, como así también mantener los accesos despejados y tanques australianos llenos de agua.
A su vez, resulta imprescindible realizar corta fuegos de 20 metros, en los potreros linderos a las rutas o líneas férreas, ubicados entre el alambrado y la vía de comunicación. Asimismo, coordinar con municipios y vialidad provincial-nacional el mantenimiento de las banquinas de rutas.
Para el interior del establecimiento, los técnicos del INTA recomiendan mantener los márgenes de alambrados libre de vegetación. Y, cuando se realicen quemas de potreros, avisar con 72 horas de antelación a los cuarteles de bomberos más cercanos para una buena planificación.
En todos los casos resulta “trascendental” tener muy presente los parámetros de temperatura, humedad y viento para realizar quema controlada, para lo cual es importante consultar los pronósticos climáticos.