En octubre las empresas del sector agroindustrial liquidaron 1.715.520.147 dólares, lo que significa una baja del 4% con respecto a septiembre, pero representa un incremento del 71% en toneladas exportadas por parte del complejo sojero, según indicó La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC).
La cifra implica casi 14% menos de dólares ingresados por exportaciones de esos productos durante octubre de 2019.
La entidad destaca que el monto liquidado desde comienzos de año asciende a 16.849.288.937 dólares. En tanto, el monto ingresado en octubre pasado es el más elevado con 24 mil millones de dólares, desde hace 8 años, a excepción de 2014 y 2019 cuando por las PASO se disparó la venta anticipada ante la previsión de incremento en las retenciones. En septiembre, la agroindustria ya había aportado el 90% de las divisas netas al mercado cambiario, según la Fundación FADA.
En ese mes, cuya liquidación fue inferior en un 13,27% en relación con el mismo mes del año anterior, impactaron además feriados, medidas de fuerza inesperadas de los sindicatos en pleno diálogo paritario y la demorada reducción de retenciones a la soja y sus subproductos.
En octubre, en toneladas exportadas (Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior, DJVE), la harina de soja lideró el aumento registrado (el mayor nivel de la campaña 19/20 incluyendo el apogeo de la cosecha de abril-julio), a pesar de que -salvo las tres categorías del complejo soja y dos de otros sectores- ocho sobre trece ítems relevados disminuyeron el tonelaje vendido al exterior, según estadísticas oficiales del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.
En el ingreso de divisas acumulado a lo largo del año influyen factores como las oscilaciones en los precios de los commodities, harinas, aceites y sus derivados industrializados causado por la pandemia mundial del COVID-19; la menor molienda de productos derivados de la soja por la "primarización" preexistente; las dificultades operativas por la bajante persistente del río Paraná; los vaivenes climáticos en el Hemisferio Norte y las demoras en las operaciones por la aplicación de los estrictos protocolos sanitarios en el proceso de exportación, además de las demoras logísticas en el tránsito hacia los puertos y plantas procesadoras a comienzos del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio.