El aumento de la intensificación en los sistemas agrícolas es un factor favorable para promover el descenso de los costos asociados a la aplicación de herbicidas. Así lo determina un trabajo realizado por el Proyecto Malezas de CREA.
En detalle, el estudio
Para la elaboración del estudio se utilizaron datos provenientes de la base de información de lotes de producción DAT CREA, seleccionando lotes de soja de primera de las campañas 2020/21, 2021/22 y 2022/23 que contaran con registro de los herbicidas usados durante el cultivo.
Se asignó un valor de mercado por unidad (kg o litro) a cada uno de los herbicidas registrados en los lotes, se lo multiplicó por la dosis registrada y se sumaron todos los registros para cada uno de los lotes, con lo que se obtuvo el costo total de herbicidas de cada unidad de manejo.
“Debido a que no todos los lotes tienen registrada la totalidad de herbicidas aplicados o hay falta de registro de las dosis en DAT CREA, se realizaron varios procesos de filtrado, como, por ejemplo, se seleccionaron lotes con un valor mínimo de 30 u$s/ha y máximo de 250 u$s/ha”, explicó Matías Campos del Proyecto Malezas CREA.
Además, se eliminaron de la muestra lotes con adversidades que, por su magnitud, pudieran haber influido en la aplicación de herbicidas, para lo cual se tomaron como máximos tolerables 10% de daño para granizo y 20% de daño para anegamiento, incendio y helada.
Los resultados de los análisis
“Vale aclarar que los resultados que se obtuvieron del análisis son un reflejo parcial del manejo aplicado en una gran cantidad de lotes de producción en diferentes zonas y bajo distintos modelos de manejo y pueden diferir de los que se puedan obtener en ensayos con variables de manejo controladas”, remarcó Matías.
A nivel regional, al analizar la muestra se apreciaron diferencias de magnitud en el gasto en herbicidas mayores de 30 u$s/ha entre las opciones de mayor y menor inversión (regiones Sur de Santa Fe y Mar y Sierras, respectivamente).
“Como tendencia general, se evidencia que las que tienen costos por sobre la media (110 u$s/ha) están mayormente agrupadas desde el centro hacia el norte de la zona de producción agrícola de la Argentina, mientras que las inferiores a la mediana alternan regiones del norte con zonas del centro y sur”, comenta el técnico CREA.
Posteriormente, se realizó una caracterización territorial, tomando los valores de los costos de herbicidas de los lotes y promediándolos en los distintos departamentos, para luego proyectarlos en un sistema de información geográfica.
Al analizar el impacto del grado de intensificación de cada lote integrante de la muestra evaluada, se puede observar que existe una tendencia a la disminución de la mediana de los costos, la media y de los valores dentro de la caja a medida que la intensificación va en aumento. Esta disminución es de 11 u$s/ha en el caso de la media, aunque no se observan diferencias para los valores superiores, los cuales no muestran una tendencia clara.
“El descenso de los costos observado en los sistemas con mayores niveles de intensificación posiblemente se explique por el mayor tiempo de ocupación de los lotes con cultivos en desarrollo, lo que limita la proliferación de malezas”, resalta Matías.
Por otra parte, se determinaron los principales antecesores para el cultivo de soja de primera, de manera tal de agrupar los costos de herbicidas en función de ese criterio, lo que mostró costos superiores con antecesor maíz temprano y tardío, mientras que los lotes con cultivo de servicio son los que reflejaron los valores más bajos.
“Vale aclarar que, en el caso del antecesor cultivo de servicio, el costo de los herbicidas incluye los utilizados desde la finalización del mismo en adelante, sin contemplar los herbicidas aplicados en presiembra, preemergencia o postemergencia del cultivo de servicio, lo cual reduce el período de tiempo en el cual deben aplicarse herbicidas en el barbecho de la soja, sumado al posible efecto que produce la cobertura en la supresión de malezas y con ello la menor necesidad de herbicidas”, señala.
“Los registros también podrían estar indicando que, a pesar de que se rotaron cultivos entre una y otra campaña, los costos no fueron recortados por los productores, ya sea por no haber podido a causa de las malezas problemáticas presentes o porque la estrategia de control seleccionada es inherentemente más cara. También se puede apreciar que los costos con antecesor maíz tardío son menores posiblemente por el menor tiempo de barbecho”, añade Matías.
También es posible que cuando el porcentaje de gramíneas en la rotación aumenta se facilite el control de latifoliadas, pero ganen preponderancia las malezas gramíneas, tales como raigrás, sorgo de Alepo, Echinochloa y Eleusine, entre otras.
Por último, se clasificaron los lotes según si eran de terceros (alquilados o bajo aparcería) o si eran lotes propios, agrupando los costos de herbicidas según este criterio.
La diferencia del promedio de los costos entre ambas categorías es prácticamente nula: sólo se observa que en campo propio la dispersión de costos es algo mayor que en el caso del alquilado.
“En función de esos datos se puede apreciar que el planteo para el control de malezas no difiere significativamente entre lotes propios y alquilados, aunque en los propios sería posible algún ahorro debido al mejor seguimiento de los mismos, ya que el manejo de malezas es posible hacerlo desde la cosecha del cultivo anterior, algo que en ocasiones no es factible en los arrendados”, resume Matías.