Llegó el 14 de agosto y las PASO quedaron atrás. Muchos esperaban este día con incertidumbre, ansiedad y algo de dudas vinculadas a la economía. Sin embargo, esas inquietudes nunca se despejan del todo en una Argentina que siempre tiene un "supermartes" por delante: mañana vencen 535 mil millones de pesos en LEBACS.
La economía doméstica no da descanso, pero al menos ya tenemos un panorama más claro en materia política: los argentinos respaldaron la gestión del oficialismo y si todo va por los caminos normales, el gobierno de Mauricio Macri no debería tener mayores problemas de cara a las elecciones generales de octubre.
Es interesante analizar el comportamiento electoral del sector productivo y para eso, una imagen vale más que mil palabras.
Los resultados tienen una vinculación directa con la política económica llevada adelante por el gobierno nacional en estos casi 2 años de gestión. Uno de los sectores que más se "benefició" fue el campo, aunque el término correcto sería "regularizó", ya que muchas de las medidas impulsadas por el gobierno de Cambiemos hacia el sector sólo corrigieron errores groseros de la época kirchnerista para con un sector al que sin bien le cuesta demostrar empatía con la generación de empleo y la famosa teoría del derrame, no debía mantener las retenciones en cultivos como el trigo, el maíz, entre otros, en los cuales quedó totalmente en claro que sólo tuvieron un impacto nefasto, generando ámbitos de corrupción y destruyendo a muchos productores agropecuarios.
Pero volvamos al análisis electoral. El mapa, que puede variar en décimas ante un recuento definitivo que se va a realizar en las próximas horas, muestra a las claras que la zona centro del país le dió un fuerte respaldo al gobierno de Macri.
A algún desprevenido puede sorprender incluso que Cambiemos haya obtenido resultados muy favorables zonas de la Provincia de Buenos Aires donde las inundaciones le dieron un golpe certero a la producción. Allí, con los números en la mano, quedó expresado que los votantes entendieron el mensaje que tanto el Ministro de Agroindustria como distintos funcionarios del gobierno bonaerense dieron al recorrer la provincia: los problemas del presente tienen mucho que ver con el pasado, ya que la falta de obras viales, hidráulicas y de infraestructura son sin duda las causas que generaron pérdidas millonarias para tantos productores.
El Buenos Aires productivo, el de la inversión, el esfuerzo, la producción agrícola y/o ganadera apoyaron al gobierno. El otro Buenos Aires, ubicado en el primer y segundo cordón del conurbano; el de las cuentas pendientes, los planes sociales, la asistencia y a la vez la incesante falta de obra pública, expresada en cloacas o agua potable, esquivó la propuesta oficialista y buscó refugio en la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El efecto Cambiemos se extendió hasta la cordillera, se desparramó hasta Santiago del Estero y pintó el NEA y se hizo fuerte en toda la pampa húmeda.
Para muestra, sobra un botón: en la sexta sección bonaerense, que concentra el núcleo triguero del sudoeste productivo, el oficialismo llegó al 44 por ciento, contra el 23 por ciento del kirchnerismo.
El campo le dijo sí al gobierno porque siente que lo entiende. Sin embargo, también sabe que tiene muchas cuentas pendientes y que la atención que hasta ahora le dio a las economías regionales no generó resultados.
Las provincias de cuyo, el norte y el sur, donde las actividades como la yerbatera, vitivinícola, frutícola, por citar algunos casos, le dieron la espalda al macrismo. Con protestas regionales o incluso de alcance nacional, como las realizadas en la Plaza de Mayo por cientos de productores que muchas veces ponen dinero de su bolsillo para llegar a la Capital Federal y llevar el reclamo al Ministerio de Agroindustria o incluso a la Casa de Gobierno, los productores (y también votantes) le dijeron "NO" a un gobierno que aseguran, no sabe, no entiende, no tiene la capacidad, las herramientas o por el motivo que fuere, no da en el blanco para empezar a resolver las actividades regionales. Esas actividades tienen un esquema donde el "derrame" se ve y se siente con más facilidad que en el resto de las actividades productivas de la zona centro. Ahí esta la cuenta pendiente para el gobierno y para el Ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, que por ejemplo ve cómo su Formosa natal vuelve a apoyar al peronismo opositor.
El triunfo de Cambiemos en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) fue contundente, pero la diferencia de 10 o 20 puntos en zonas como Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires no debe enceguecer ni al gobierno ni a los candidatos, mucho menos cuando lo que se vota es la representación provincial que debe ser expresada en el Poder Legislativo, justamente con la premisa de defender los intereses de cada una de las zonas en cuestión y de sus ciudadanos.