
El fuerte brote de fiebre aftosa que se propaga en el este de Europa no solo genera barreras comerciales y alarma sanitaria entre la población. Ahora en Hungría el manejo de los miles de animales que fueron sacrificados generó una nueva preocupación medioambiental.
Todo esto generó que fluidos oscuros broten desde la tierra. Además, hay olores intensos y pozos de agua potable muy cerca de los sitios de enterramiento. Todo esto es parte de una escena apocalíptica en la que viven las comunidades rurales que linda con Austria.
Más de 3.000 vacunos fueron sacrificados en el condado de Gyr-Moson-Sopron, al noroeste de Hungría, donde el virus fue detectado en varias granjas. Aunque solo un pequeño porcentaje del rodeo presentaba síntomas, la normativa sanitaria de la Unión Europea exige el sacrificio total de los animales ante la detección del virus.
“En localidades como Levél, cerca de Hegyeshalom (Hungría), los cadáveres fueron transportados por camiones cerrados hacia una fosa común excavada entre Csermeztanya e Irénpuszta, en terrenos del Estado. Allí, según el protocolo, debían cubrirse con cal, paja y tierra. Pero la realidad en el terreno despertó otra alarma”, consignan desde el periódico Motivar.
Muertes de animales por aftosa: efluvios nauseabundos
“Hace unos días había un olor terrible. Tenemos miedo, los niños también. Queríamos vivir tranquilos y esto lo hizo imposible”, narró László Nyul, residente de la zona, que fue demorado por la policía luego de publicar imágenes de la fosa.
En tanto, el alcalde de Hegyeshalom, László Szke, llamó a una reunión de emergencia y solicitó mayor transparencia a las autoridades nacionales. “No soy experto en sanidad animal, pero como funcionario, me preocupa la salud de la población”, expresó ante la prensa.
La fiebre aftosa y sus consecuencias en la economía
La fiebre aftosa no representa un peligro para los humanos, pero sí impone consecuencias económicas drásticas. Hungría confirmó su primer brote en más de 50 años el pasado mes, lo que llevó al sacrificio masivo del ganado en las zonas afectadas y a la instalación de medidas sanitarias estrictas, incluyendo zonas de seguridad de hasta 10 kilómetros alrededor de los focos.
En simultáneo, Eslovaquia declaró el estado de emergencia tras confirmar al menos cuatro brotes en granjas del sur del país, en cercanías de la frontera húngara. El presidente Peter Pellegrini pidió un cumplimiento estricto de las medidas para evitar que la enfermedad escale a una epidemia generalizada que pueda afectar la producción de leche y carne.
La Unión Europea emitió una Decisión de Ejecución ampliando las zonas de restricción y reforzando la vigilancia epidemiológica en todo el bloque. Alemania, donde se detectaron los primeros casos, logró recuperar su estatus sanitario, pero la rápida expansión del virus hacia el este genera un escenario incierto.