De los feelots, igual que con las inundaciones del año pasado, se vendió todo lo que se puede como gordo, en el estado en que esté y el resto se vende como invernada encaminada. Difícil hacer un balance: en un contexto de una oferta que a mediados de enero todavía alcanzaba y sobraba para un consumo muy pobre, ahora hay muchos corrales que se vacían de urgencia y otros tantos que se llenan con todo lo que sale de los campos corridos por el agua o por los incendios. Si muchos feedlots salen a producir y otros tantos se están llenando antes que comience la zafra, surgen incógnitas acerca del futuro precio de la invernada para cuando aparezca el grueso del destete.
Desde agosto-septiembre pasado el precio de la hacienda liviana de consumo ha caído, según los casos, entre 7 y 9%. En el caso del novillito de 530-390 kilos en Liniers, que cotiza en torno a los 29/30$ por kilo promedio, valía hace 5 meses a moneda de hoy $34, con una caída en términos reales del 12%.
Con respecto a diciembre del 2015, la caída a moneda constante es del 24%, ubicándose el valor actual 9% por debajo del promedio de 2008-2016. En pocos meses entre la baja de los valores nominales y la inflación, el precio real del novillito pasó de estar 4% por encima del promedio histórico a colocarse 9% por debajo del mismo. Calculando una inflación de acá a marzo de 5% el novillito en Liniers debería valer entonces $35.
En cuanto al precio del ternero de invernada, estancado hace más de 1 mes en términos nominales, se ubica hoy en términos reales 29% por debajo de diciembre de 2015 y 23% por debajo de enero del año pasado.