La última semana de enero y la primera de febrero se ven marcadas por una intensa ola de calor que afecta a gran parte del país. El registro de temperaturas por encima de lo normal impacta directamente en diversas actividades productivas, tales como la apicultura. En esta línea, referentes del INTA Proapi brindan una serie de recomendaciones para evitar el impacto del calor extremo en los apiarios.
Alejandra Palacio -coordinadora del programa INTA PROAPI- reconoció que en algunas regiones del país, quienes se dedican a la producción apícola, vieron dañadas algunas colmenas debido a las altas temperaturas. Ante este panorama, subrayó la importancia de aplicar estrategias de manejo adecuadas para evitar el impacto, frente a esta ola de calor.
Entre los aspectos más destacados, Palacio subrayó la importancia de “tener las colmenas bajo sombra compacta de árboles o construcciones de media sombra”. Y, en caso de que el apiario estuviese rodeado de árboles, asegurar la circulación de aire”.
En esta misma línea, Emanuel Orellano -especialista del INTA Proapi- subrayó la importancia de “ubicar los apiarios a la sombra, sobre todo en los horarios de temperaturas más altas”. Incluso, destacó que “la circulación del viento es muy importante porque facilita la ventilación de las colonias”.
Para favorecer esto, es importante “ubicar a las colmenas elevadas, al menos, a 40 centímetros del suelo con pasto corto para favorecer la circulación de aire”.
Otro aspecto clave es la disponibilidad de agua limpia, fresca y de fácil acceso para las abejas. “Por esto, en estas circunstancias, se suelen instalar bebederos comunitarios por apiarios o directamente administrar agua en el alimentador”, indicó Orellano, al tiempo que Palacio agregó: “Es clave poder abastecer a los bebederos temprano con agua limpia y mantenerlos bajo sombra compacta y a 10 metros del apiario”.
En cuanto a la infraestructura de las colmenas, el especialista del Proapi señaló que “deben tener techos de madera de, al menos, 2 centímetros de espesor y contar con entretapas que ayuden amortiguar los efectos del sol y mejoren la aislación térmica”. A su vez, el material inerte como las alzas, pisos, techos y medias alzas pintado de color blanco reflejan la luz del sol y la colmena absorbe menos radiación.
“En caso de tener núcleos es aconsejable mudarlos a un lugar sombreado y con disponibilidad de agua, no olvidarse de alimentarlos para mantenerlos con energía suficiente para su desarrollo”, agregó.
En cuanto al operador, Orellano destacó la necesidad de “planificar las visitas al apiario para evitar los horarios de mayor exposición a la radiación y el calor” y recomendó hacerlo entre las 7 y las 10 de la mañana, o bien luego de las 17 horas. Además, aconsejó “mantenerse bien hidratados y llevar al campo tres litros de agua por operario”.
A su vez, las altas temperaturas incrementan el riesgo de incendios, por lo que no dudó en recalcar la importancia de apagar el ahumador con agua. “Se debe cavar un pequeño pozo, volcar las cenizas dentro y después echar agua. Para luego, cubrirlo con tierra para evitar incendios”, explicó.
Todas estas pautas permiten reducir el impacto de las altas temperaturas y las consecuentes pérdidas que genera el calor extremo como, por ejemplo, el derretimiento de la cera, el colapso de la colmena o la fuga de las abejas, entre otras.
En el caso de contar con colmenas afectadas, si el daño es alto y no hay abeja reina, retirar los materiales dañados del apiario y acondicionar el material inerte. En cambio, si el daño es menor y está la reina, retirar el material vivo no dañado y colocarlo en otro material en un lugar con sombra
Frente a este contexto de altas temperaturas, desde el Proapi destacan la importancia de consultar con los especialistas del INTA de su localidad para realizar ajustes de acuerdo a las características de su territorio.