Luego de que Gustavo Idígoras, titular de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC) y referente del Consejo Agroindustrial Argentino, hiciera una evaluación pesimista sobre el futuro de la producción local de la agroindustria, dialogó con Rivadavia Agro por Radio Rivadavia y afirmó que hace, al menos, 15 años se viene observando un estancamiento en la producción del campo.
"Las políticas agropecuarias en Argentina están promoviendo el estancamiento, empezando por las retenciones"
“Argentina viene con un enorme estancamiento en la producción desde hace quince años. Si tomamos el caso de la soja, en este período Brasil agregó 111 millones de toneladas a la producción mundial, Estados Unidos 40 millones de toneladas, y países como Bolivia y Paraguay, aunque no tienen el mismo volumen, crecieron en promedio un 130% cada uno. Argentina, en esos quince años, ¿saben cuánto creció? Cero. En el caso del trigo, seguimos produciendo lo mismo, no podemos superar la brecha de 20 o 21 millones de toneladas. El único cultivo que se movió un poco fue el maíz, pero este enfrenta sus propias dificultades, y ahora también el desafío de la chicharrita”, dijo Idigoras en Rivadavia Agro.
“Argentina se ha estancado en los últimos quince años. La 'fábrica de divisas' de Argentina vale exactamente lo mismo que hace quince años. El mercado mundial cambió, hay más competidores que han crecido activamente en estos años y hay una demanda creciente. Argentina ha sido desplazada, perdiendo participación internacional cada año”, explicó el dirigente de la cámara aceitera.
“El Banco Mundial publicó un reporte señalando que las exportaciones agroindustriales de todo el continente americano, incluyendo el Caribe y Centroamérica, mostraron crecimiento, excepto en Argentina. Esto es un diagnóstico preocupante y nos lleva a la necesidad de un replanteo fuerte. La agricultura y los agricultores en Argentina no están 'jubilados', el problema radica en que las políticas agropecuarias y económicas en el país están claramente promoviendo el estancamiento”.
¿Quién jubiló a la agricultura?
Gustavo Idígoras (GI): El proceso de estancamiento es un proceso continuo, permanente, que empezó hace mucho tiempo y se ha consolidado con los años. Llevamos 15 años de estancamiento, pero en realidad llevamos 20 años sin tener una política agropecuaria y agroindustrial en Argentina. No puede ser que sigamos castigando con un 33% de sobreimpuestos a la soja cuando el resto del mundo la privilegia.
Los granos se transformarán en energía para aviones, barcos y trenes. Argentina no tiene inversiones en ese tema, mientras que Brasil, Estados Unidos y Paraguay sí. Vamos a convertirnos en importadores de productos derivados para todos los medios de transporte. Es el momento de transformar esto, ser competitivos y retomar el camino que históricamente ha tenido Argentina como un gran jugador mundial.
¿Hay algún mea culpa de la cadena agroindustrial sobre esto, más allá de las decisiones de las políticas agropecuarias tomadas por los gobiernos?
GI: “Creo sinceramente que hay una culpa compartida de todos, pero la primera culpa es la falta de unidad. Durante la pandemia intentamos formar un consejo agroindustrial para unificar la voz del sector, como lo hacen otras industrias. El agro tiene 3500 voces, lo cual lleva a diferencias innecesarias que la política aprovecha. Por ejemplo, escribimos una ley de inversión agroindustrial y, después de un año y medio de discusión, llegó al Congreso pero no fue apoyada porque algunas entidades no figuraban. Esto es lo que debemos modificar.”
¿Hablamos de Cambiemos?
GI: Sí, una parte de Cambiemos decidió no apoyar la ley porque algunas entidades no estaban cómodas. Argentina no tiene una ley agroindustrial desde hace 50 años, siendo un país agropecuario y agroindustrial. Ahora estamos promoviendo una nueva revisión del proyecto de ley, con apoyo del radicalismo y la coalición federal, y estamos en cooperación con el PRO. Esperamos tener la primera ley de inversión agroindustrial en Argentina para fin de año.
¿Están en mayor diálogo con la Mesa de Enlace?
GI: Sí, hay un diálogo muy fluido. Las cuatro entidades tienen una línea de acción individual y trabajan estrechamente con la agroindustria. Aunque hay diferencias comerciales naturales entre comprador y vendedor, tenemos un buen nivel de entendimiento y diálogo. Este gobierno promueve la unificación de criterios y divisiones, lo cual es positivo.
¿Es útil la ley sin eliminar retenciones?
GI: Una persona que quiera hacer un alambrado hoy paga el 100% de impuestos. Con la ley, ese alambrado pagaría la mitad de los impuestos, y esto se aplica a cualquier otra inversión agroindustrial. Hemos calculado que esta ley podría generar un movimiento económico adicional de 18.500 millones de dólares en Argentina.
¿Qué pasa con la hidrovía, un tema clave para el sector cerealero?
GI: La hidrovía es nuestra conexión al mundo y necesita salir del estancamiento. Hace 15 años que no se realizan obras importantes. Ahora pasan barcos con mayor calado y Argentina está regalando carga a Brasil porque no podemos completar los barcos aquí. Estamos discutiendo la profundización de la hidrovía con una licitación sin aval del Estado y a riesgo empresarial. El gobierno ha designado un subsecretario de vías navegables y está a punto de emitir un decreto que le otorgue competencias para establecer la licitación, lo cual es crucial para avanzar.”
¿Se va a simplificar el proceso de licitación?
GI: Sí, se va a mandar a una sola área del Estado, a través de un decreto presidencial, todo el poder para realizar el proceso licitatorio, incluyendo los estudios de impacto ambiental que son muy importantes.
¿De dónde vendría el financiamiento?
GI: Hemos ofrecido financiar todo el proceso de armado de pliegos a través de un acta, así que eso está a disposición del Estado.
¿Hay un interlocutor válido con el gobierno entre los gobernadores de la región centro?
GI: Sí, los gobernadores actuales han entendido la necesidad de constituir una liga de gobernadores agroindustriales en la región centro. Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe están trabajando juntos, y nos gustaría que Buenos Aires también se sumara. Hay mesa de diálogo entre estos tres, y estamos buscando generar un vínculo final entre el gobierno nacional y estos gobernadores para trabajar en conjunto. Si se aprueban la ley base y la ley fiscal, podríamos lograr consensos importantes.