
El presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), Gustavo Idígoras, planteó reparos sobre el rumbo que podría tomar la relación entre Argentina y Estados Unidos en caso de que se intensifique el vínculo bilateral, especialmente si eso implicara poner en riesgo las exportaciones hacia China, uno de los principales socios comerciales del país.
Durante una entrevista con El Destape TV, Idígoras fue consultado en la previa del encuentro entre el presidente Javier Milei y su par norteamericano Donald Trump, en la Casa Blanca. El contexto internacional está marcado por un nuevo paquete de asistencia financiera de Washington destinado a sostener la estabilidad cambiaria argentina.
“Argentina y Estados Unidos son competidores: desde que está Trump, el sudeste asiático —un gran mercado para Argentina, con países como Vietnam, Indonesia o Malasia— ha tenido una fuerte presión para comprarle a ellos y no a nosotros”, recordó el dirigente que representa a las empresas responsables del 40% de los dólares que ingresan al país.
Pese a ello, Idígoras confió en que los acuerdos entre ambos mandatarios se mantendrán centrados en cuestiones financieras y monetarias, y no en el terreno comercial.
El mayor punto de preocupación surgió tras las declaraciones del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, quien mencionó un supuesto compromiso del Gobierno argentino para “sacar a China de la Argentina”. El comentario generó inquietud en el sector agroexportador, dado que China es el principal destino de la carne vacuna argentina (70% de los envíos) y, este año, por primera vez, compró harina de soja elaborada en el Gran Rosario.
“Argentina debe cuidar su relación con China y mantener autonomía en su política comercial”, lanzó Idígoras.
Además, ya está aprobada la posibilidad de exportar maíz y trigo al gigante asiático. “El mercado chino es muy importante: recientemente han venido misiones oficiales para buscar entendimientos de largo plazo”, destacó Idígoras.
El dirigente, con pasado diplomático como agregado agrícola ante la Unión Europea, fue claro al marcar los límites: “Esas relaciones comerciales no se deberían ver perturbadas por ningún motivo o razón”.