
Aunque Argentina no se encuentra entre los países más afectados por la nueva política comercial de Estados Unidos, igual enfrenta un impuesto del 10% (arancel) que encarece sus exportaciones de productos agroindustriales, energéticos e industriales. Es decir, para comercializar dichos productos en el exterior, indica asumir un mayor costo. Esto sucede justo cuando la economía argentina empieza a mostrar cierta mejora en comparación con 2023, pero todavía está lejos de estar firme. Además, con el año electoral, vuelve a haber incertidumbre sobre el dólar y los movimientos del tipo de cambio.
En paralelo, la presión externa se combina con desafíos internos: según la Encuesta SEA CREA, la mayoría de los empresarios agropecuarios considera que marzo no fue un buen momento para invertir. Aunque las expectativas mejoraron levemente, aún se percibe un entorno poco favorable. Esto también se refleja en el Índice de Confianza del Empresario Agropecuario, que muestra rezagos en la percepción del negocio y de las condiciones microeconómicas.
En nuestro país, aunque la economía muestra algunas señales de recuperación, los costos siguen siendo elevados y complican la competitividad del sector agropecuario. La maquinaria usada, por ejemplo, sigue siendo difícil de conseguir debido a restricciones, lo que aumenta los gastos para los productores. Además, los fertilizantes continúan siendo más caros que en los países vecinos, con un costo promedio un 27% mayor en comparación con Brasil o Uruguay, lo que impacta directamente en el presupuesto de los productores.
De cara a la campaña agrícola 2025/26, el informe de CREA indica que el negocio agrícola podría ser viable si los derechos de exportación se eliminaran (es decir, si no hubiera retenciones). Esto se debe a que los costos de producción siguen siendo altos, y las expectativas de rentabilidad dependen en gran medida de factores externos y de las políticas locales. En cuanto a los cultivos, el maíz emerge como una opción más atractiva para los productores, representando el 53% de la superficie sembrada, o al menos como una alternativa viable frente a la soja, que históricamente ha sido el principal cultivo en el país.
Ganadería: precios firmes, consumo sostenido
Durante los dos primeros meses de este año, las exportaciones de carne bovina experimentaron una caída en comparación con el mismo período de 2024, lo que reflejó los efectos de ciertos factores internacionales y la dinámica interna del mercado. Sin embargo, a pesar de esta baja, la recuperación de precios en mercados como China, Israel y EE.UU. trajo un alivio importante para el sector. Este repunte en los precios permitió una cierta estabilización en la rentabilidad de las exportaciones. En el mercado interno, por otro lado, el consumo de carne bovina subió ligeramente, alcanzando un promedio de 51 kg por habitante durante los primeros meses del año, lo que indica una leve mejora en la demanda local.
En términos de rentabilidad, el Índice de Viabilidad Económica Ganadera mostró resultados positivos en marzo, lo que fue favorecido por la relación favorable entre el precio del novillo y el costo de los insumos como el maíz y el ternero. Aunque el escenario proyectado sin retenciones podría generar un leve deterioro en la rentabilidad, las perspectivas siguen siendo relativamente positivas.
Lechería: ventas en alza y más litros por vaca
Entre enero y febrero, las exportaciones lácteas experimentaron una disminución en volumen, aunque, a pesar de esto, la facturación se mantuvo estable. Esto sugiere que, a pesar de la caída en la cantidad de productos exportados, los precios permitieron que el ingreso total se mantenga en niveles positivos. En cuanto a los destinos, se observa un incremento en la participación de Argelia como mercado de destino, lo que ofrece oportunidades para diversificar los destinos internacionales y reducir la dependencia de los mercados tradicionales. En el ámbito interno, el consumo de productos lácteos mostró una leve recuperación, lo cual está impulsado por la mejora en el poder adquisitivo.
Por otro lado, la disponibilidad de forraje, que resulta fundamental para la alimentación del ganado, le permitió a los productores ajustar sus estrategias nutricionales, lo cual podría tener un impacto positivo en los niveles de producción en los próximos meses. Sin embargo, es importante señalar que, en ausencia de retenciones a los granos, los litros de leche disponibles para los productores podrían disminuir entre un 3% y un 8% después de pagar los costos de suplementación, lo que representa un desafío adicional para mantener la rentabilidad
Economías regionales: entre márgenes ajustados y expectativas poco alentadoras
El panorama para las economías regionales continúa siendo complicado, con márgenes que, en muchos casos, se encuentran en niveles críticos. Actividades como el cultivo de arroz, caña de azúcar y yerba mate están operando con márgenes brutos cercanos a los mínimos de los últimos cinco años, lo que genera una fuerte preocupación entre los productores. En particular, los cultivos perennes enfrentan una situación especialmente compleja en la que la combinación de costos elevados, precios estancados y dificultades logísticas atenta contra la rentabilidad.
Las expectativas de los empresarios CREA reflejan esta situación: predominan las proyecciones negativas tanto en términos de precios como de resultados económicos. A esto se suma la incertidumbre sobre la política comercial interna y externa, lo cual dificulta la planificación a mediano plazo.
Por otro lado, existen actividades regionales que, si bien están mejor posicionadas desde lo comercial, también deben lidiar con un entorno desafiante. La producción de porotos, la ganadería ovina (tanto de carne como de lana), la producción porcina y los sistemas forestales muestran precios más cercanos a sus promedios históricos, lo que les da algo de respiro. Sin embargo, la mayoría de los empresarios proyectan para el próximo año una estabilidad en los precios, pero sin mejoras significativas en los resultados económicos. La excepción, por el momento, es el sector porcino, que presenta mejores perspectivas en cuanto a márgenes operativos.