
La innovación tecnológica no deja de sorprender y sigue transformando la agricultura, brindando herramientas que permiten optimizar los recursos y mejorar la productividad. En esta línea, un equipo del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) desarrolló un sensor de temperatura del suelo que podría revolucionar la forma en que se gestiona el riego en los cultivos.
El sensor, de apenas dos milímetros de lado, está compuesto por una delgada película de óxido de vanadio sobre vidrio. Su tecnología permite medir la temperatura del suelo en tiempo real, con un rango de detección que va de los 20 a los 75 grados centígrados, aunque se espera que futuras versiones amplíen esta capacidad. Su precisión permite identificar zonas con deficiencia hídrica y definir las mejores condiciones para el crecimiento de distintos cultivos.
Una de las características más destacadas del sensor es su capacidad de adaptación a distintas aplicaciones dentro del sector agropecuario. Los investigadores planean integrarlo en sistemas que midan el flujo de savia en las plantas, lo que permitiría mejorar aún más la gestión del agua en la producción agrícola.

Desde el INTI remarcan que este tipo de avances no solo benefician al agro, sino que también pueden transferirse a otros sectores industriales. "Contamos con la capacidad de desarrollar aplicaciones basadas en esta tecnología en el país, lo que nos permite avanzar en soluciones innovadoras a nivel local", destaca Alex Lozano, director del Centro de Micro y Nanoelectrónica del INTI.
En un momento donde aprovechar bien los recursos es fundamental para que el agro sea sustentable y competitivo, herramientas como este sensor pueden marcar una diferencia significativa. Apostar por la innovación y fortalecer instituciones como el INTI es fundamental para impulsar soluciones tecnológicas que mejoren la producción argentina.