Agricultura

La biosolución para la poscosecha: por qué y para que usarlas

La empresa presenta un insecticida de origen natural para el almacenamiento de granos. Así, asegura soluciones biológicas desde la siembra hasta la postcosecha y reafirma su liderazgo en biosoluciones.

Rizobacter nació biológica hace 48 años, con la producción de inoculantes que hoy están presentes en el 23 % de la superficie global de soja, es decir que se utilizan en una de cada cuatro hectáreas en el mundo. Desde entonces, se han desarrollado más de 10 tecnologías inoculantes para soja y otras legumbres.

Luego, Rizobacter incursionó en el biocontrol con el desarrollo de Rizoderma, el primer terápico biológico para semillas creado en la Argentina que ya ha sido aplicado en más de 1 millón de hectáreas. También fue pionera en la creación del mercado de microgranulados, con el lanzamiento de Microstar, el primer fertilizante microgranulado del país, que este año cumple 15 años. Este desarrollo dio origen a un nuevo segmento, hoy valuado en 150 millones de dólares, y se posiciona como vehículo para seguir aplicando soluciones biológicas en la agricultura.

Sumado a estos desarrollos propios, la empresa pudo duplicar su pipeline de investigación y desarrollo a partir de la integración con Marrone Bio Sciences —actual Pro Farm Group, basada en Estados Unidos— en 2022. Y continúa en el camino de generación de innovaciones.

Con el reciente lanzamiento de Balboa, un insecticida de origen natural para granos almacenados que ofrece una alternativa a productos banda roja, Rizobacter logra ofrecer soluciones biológicas aplicables desde la siembra hasta la postcosecha. Este hito da origen al lema “Biológicos de la semilla al grano”, que será el eje de su participación en el Congreso Aapresid 2025.

“Nuestra trayectoria nos permite leer las necesidades de los productores, desarrollar tecnologías eficaces y comercializarlas con una visión estratégica”, destacó Agustín Biagioni, vicepresidente global de Marketing de Rizobacter, quien agregó: “Estamos convencidos de que los biológicos son una herramienta fundamental para lograr una mejor agricultura, en articulación con alternativas químicas, siempre con foco en cuidar el ambiente y aumentar la productividad”.

Desde su planta ubicada en Pergamino (Buenos Aires), recientemente ampliada, la empresa tiene capacidad para abastecer hasta 65 millones de hectáreas de soja con soluciones biológicas, equivalente al 50% de la superficie global sembrada con dicho cultivo.

La biosolución para la poscosecha

La conservación de granos almacenados es clave para garantizar calidad, inocuidad y rendimiento económico. Las plagas resistentes y la restricción de uso de las herramientas químicas disponibles hacen que se requieran nuevas estrategias. En respuesta a esta necesidad, Rizobacter lanzó al mercado Balboa, un insecticida de origen natural con alta persistencia (hasta un año de protección) y baja toxicidad.

“Con Balboa, buscamos proteger la calidad del grano sin comprometer la salud humana ni el ambiente. Es una herramienta clave para un manejo poscosecha más responsable”, explicó Juan Ignacio Herrera, jefe de producto para Conservación de Postcosecha de Rizobacter.

Formulado a partir de metabolitos derivados de la bacteria Saccharopolyspora spinosa, Balboa propone un nuevo modo de acción que actúa por contacto e ingestión, afectando el sistema nervioso de los insectos más resistentes mediante vías distintas a las tradicionales.

Un aniversario de especialidad

El Congreso Aapresid será también el escenario para celebrar los 15 años de Microstar, el primer fertilizante microgranulado introducido en el mercado argentino que permitió ofrecerles a los productores una nueva herramienta para la nutrición de cultivos.

“Microstar nació como una propuesta disruptiva y, con el tiempo, se convirtió en un estándar de eficiencia para la nutrición de cultivos al momento de la siembra”, destacó Biagioni.

Desde los primeros pasos en 2010, Rizobacter acompañó la transición hacia nuevas prácticas de nutrición de cultivos, con más de 1200 ensayos a campo realizados junto a productores y referentes, 5 millones de hectáreas cubiertas con Microstar y más de 160 millones de kilos comercializados solamente en Argentina.

En 2021, la empresa lanzó las fórmulas Microstar BIO, enriquecidas con un consorcio de cuatro bacterias benéficas. “Su evolución hacia tecnologías BIO refuerza nuestro compromiso de ofrecer soluciones para una agricultura regenerativa que combinan productividad, innovación y sustentabilidad”, sostuvo Biagioni.