Esta cifra representa entre 6 y 6,5 quintales menos por hectárea, debido a la falta de lluvias y a las elevadas temperaturas durante gran parte del proceso de crecimiento de las plantas.
"Se estimó una reducción del 17% en el rendimiento promedio del área, que fluctuaría entre 20 y 29 quintales por hectárea, reduciéndose de 6 a 6,5 quintales comparados con la campaña anterior, que en dicho cultivo fue de 35,5 quintales", señala el informe.
Además, el trabajo señala que el proceso de cosecha presentó esta semana muy buen ritmo y avance, hasta que las condiciones ambientales cambiaron por inestabilidad y precipitaciones que se produjeron en toda el área.
Hasta el momento se logró un avance del orden del 34%, representando aproximadamente unas 306.000 hectáreas.
Los rendimientos variaron según la zona, con promedios de entre 10 y 20 quintales por hectárea en los departamentos del norte; de entre 20 y 35 quintales en los del centro; y de entre 38 y 45 quintales en el sur.
Las características enunciadas como la presencia de granos verdes fue disminuyendo a bajos porcentajes, y el tamaño de los granos más pequeños varió mucho en diferentes lugares y en los distintos departamentos, incidiendo directamente en el peso y luego en el rendimiento.
En lo relativo a otros cultivos, el proceso de cosecha del maíz llegó al 97%, y como dato saliente se consigna que se registra una pérdida consolidada del 18%.
"Sin variación en los rendimientos promedios obtenidos en cada área, pero sí en zonas puntuales que manifestaron una disminución, de baja incidencia y con mínima repercusión en los totales finales", indica el texto.
Los promedios de rendimientos en el norte santafesino quedaron entre 45 y 60 quintales, en los del centro fluctuaron entre 60 a 75 quintales; y en los departamentos del sur fueron de 85 a 110 quintales por hectárea.
En cuanto al arroz, la cosecha continuó sin variantes de importancia, alcanzando un avance del 85% del área sembrada, guarismo que representa unas 25.600 hectáreas.
La trilla presentó un ritmo intermitente debido a la inestabilidad climática y los rendimientos se mantuvieron estables entre 6.000 a 6.500 kilogramos por hectárea, es decir por encima de la media de los últimos cuatro años.
Finalmente, la recolección de algodón avanzó a ritmo lento por las condiciones de humedad ambiente alta y en particular en el norteño departamento General Obligado, pues no se registraron precipitaciones.
Los rendimientos promedios continuaron siendo similares a los obtenidos en semanas anteriores: fluctuaron entre 1.600 a 2.500 kilogramos por hectárea en bruto, con lotes de 2.800 kilos.
Además, se mantuvo muy buena calidad de fibra ante las escasas precipitaciones y disponibilidad de agua en el desarrollo de las plantas.