La última Encuesta SEA realizada por CREA en noviembre refleja un panorama mixto en cuanto a las expectativas económicas y la situación del sector agropecuario.
Por un lado, el 70% de los encuestados considera que la situación económica del país está mejor que hace un año y el 82% cree que el panorama económico mejorará en los próximos 12 meses.
A pesar del optimismo macroeconómico, la valoración sobre la situación económica y financiera de las empresas agropecuarias presenta cifras más modestas. Solo el 38% de los productores considera que su situación financiera es mejor que hace un año, un incremento respecto a noviembre de 2022, pero aún lejos de los niveles máximos registrados en 2016.
Entre los principales factores que afectan la competitividad del sector se encuentran la relación de precios y las condiciones locales, especialmente en el negocio agrícola, que enfrenta presiones constantes.
En términos productivos, la mejora en el régimen hídrico y la baja presencia de Dalbulus maidis (chicharrita del maíz) impulsan un leve aumento de 2,4 puntos porcentuales en la intención de siembra del maíz tardío en comparación con la encuesta de julio.
Sin embargo, la proyección general para el cereal indica una caída en el área sembrada para la campaña 2024/25, con una reducción del 7% respecto a la temporada 2023/24. Este ajuste responde tanto a factores climáticos como económicos que impactan en la planificación de los productores.
Además, la encuesta detalla que el 31% considera que se trata de un momento propicio para realizar inversiones, mientras que un 33% dijo que no lo es, y el 36% restante no tiene una opinión definida al respecto.
En el ámbito ganadero, el proceso de retención de vientres se mantiene a nivel nacional entre las empresas CREA, aunque se observan importantes diferencias entre regiones debido a decisiones estratégicas particulares. Este fenómeno refleja la diversidad de realidades y prioridades dentro del sector ganadero.
A pesar de los desafíos, el análisis señala que, si el programa económico nacional logra consolidarse, el consumo interno podría continuar su tendencia de recuperación progresiva, generando un contexto más favorable para las empresas agroindustriales en el mediano plazo.