
En un encuentro realizado hoy en el Salón San Martín de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la Federación Porcina Argentina (FPA) presentó el Plan Estratégico Porcino (PEP) 2025-2032, una hoja de ruta que busca duplicar la producción nacional de carne de cerdo en los próximos años. El plan también apunta a aumentar el consumo interno, diversificar mercados de exportación y atraer inversiones por más de 1.600 millones de dólares.
Durante la jornada, representantes del sector productivo, industrial y comercial coincidieron en la necesidad de trabajar de forma articulada para posicionar a la carne porcina como una alternativa saludable, accesible y de alto valor nutritivo. En este sentido, uno de los ejes fundamentales del plan será la educación al consumidor sobre las bondades de esta proteína, en un país donde el consumo aún se encuentra por debajo de su potencial “La promoción es clave para que los consumidores conozcan el producto y derribemos mitos que aún existen.”, explicó Agustín Seijas.
Sin embargo, el contexto actual presenta desafíos. La creciente importación de carne de cerdo, especialmente desde Brasil, genera preocupación en la cadena.
El plan propone una serie de estrategias para mejorar la productividad, promover el agregado de valor, fomentar buenas prácticas en sanidad y bienestar animal, además de potenciar la inserción internacional del sector. Con este enfoque integral, el PEP busca consolidar una actividad fundamental para las economías regionales, que hoy genera miles de empleos directos e indirectos en todo el país.

Plan estratégico porcino
Los objetivos del Plan Estratégico Porcino 2025-2032 son realmente ambiciosos. Estos son: llegar a 550 mil cerdas productivas, un aumento importante respecto a las 348.272 actuales. También se busca producir 1,7 millones de toneladas de carne de cerdo, casi el doble de las 726.651 toneladas actuales. En cuanto a las exportaciones, se espera alcanzar las 300 mil toneladas, un salto enorme respecto a las 9.502 que se exportan hoy en día. Además, buscan aumentar el consumo per cápita a 28,3 kg por habitante al año, frente a los 16,8 kg actuales. Todo esto podría tener un impacto económico relevante, con la expectativa de duplicar la actividad económica a US$ 7.760 millones, generar ingresos por exportaciones de hasta US$ 464 millones y crear más de 130 mil empleos directos e indirectos.
Por otro lado, desde la FPA señalaron que, para alcanzar estas metas, es fundamental que las condiciones económicas acompañen. Uno de los principales reclamos del sector es la falta de crédito accesible y el impacto negativo del desfasaje del IVA actualmente, los productores pagan un 21% por los insumos pero solo recuperan el 10,5% al vender la carne, lo que genera un sobrecosto impositivo considerable en cada inversión. “Cuando el productor quiere invertir, después no se puede compensar con la venta de cerdo en pie” expresó Seijas.
Además, remarcaron que la actividad requiere líneas de financiamiento específicas, con plazos y tasas acordes a sus ciclos productivos, ya que sin ese respaldo resulta muy difícil modernizar las granjas e incorporar tecnología.
En cuanto a los números, estiman que cada cerda en producción demanda una inversión de alrededor de 6.000 dólares, sin contar el capital de trabajo. Y para que una granja sea rentable, se necesitan al menos 300 madres. Bajo este panorama, el sector proyecta inversiones por más de 1.600 millones de dólares, principalmente destinadas a la construcción y modernización de granjas, además de plantas de faena y procesamiento, que hoy representan un cuello de botella para crecer.
La bondiola brasilera y la competencia desleal
El entusiasmo por el futuro contrasta con algunos datos preocupantes. Durante los primeros meses de 2025, las exportaciones cayeron 7,2% interanual, mientras que las importaciones crecieron más de un 300%. ¿Cuál es el problema? El ingreso masivo de bondiola brasileña.
Ese corte, que no es muy consumido en Brasil, llega a las góndolas argentinas congelado y a precios más bajos. Se produce utilizando ractopamina, un aditivo alimentario que estimula el desarrollo muscular en los animales, que esta prohibido en más de 160 países, incluyendo la Unión Europea, China y Rusia, por posibles efectos sobre la salud humana y el bienestar animal, pero permitido en Argentina bajo ciertas condiciones que, en la práctica, no se aplican.
Esto configura una situación de competencia desleal para la producción local ya que los productores argentinos, que deben ajustarse a normas más exigentes para poder exportar, no pueden competir en igualdad de condiciones con cortes brasileños más baratos que no cumplen con los mismos estándares sanitarios.
Además, la presencia de carne tratada con ractopamina impide que Argentina acceda a mercados internacionales de alto valor, como China o la Unión Europea, que rechazan productos con ese tipo de aditivos. Por eso, desde la FPA insisten en la necesidad de trabajar en protocolos sanitarios claros y exigir condiciones recíprocas a las importaciones.
Promoción del consumo
Otra de las apuestas del plan es fomentar el consumo interno, especialmente de cortes menos tradicionales. “Queremos fomentar el consumo de cortes no tan tradicionales como los de la pata, la nalga, la bola de lomo, que se consuma milanesa de cerdo”, explicó Fenoglio. Y agregó: “Muchos de esos cortes se transforman en embutidos, especialmente la paleta y el jamón, pero en invierno comienzan a sobrar. Queremos entonces fomentar su consumo como frescos”.
En materia de comercio exterior, se busca consolidar mercados ya abiertos como Singapur, Filipinas, Uruguay y Paraguay, y avanzar en las gestiones con México, Vietnam y especialmente China. “Ese es el mayor mercado mundial para ‘manos o la cabeza’, que por ahora se exportan a países de África que pagan 500 dólares la tonelada. China paga 1.500 dólares por tonelada, mientras que en nuestro país no tienen precio, prácticamente se los considera un desperdicio o un costo para el sector”, detalló Fenoglio.
Enfoque en sanidad
Por último, otro de los ejes centrales del plan es la sanidad. Aunque Argentina mantiene un buen estatus, el virus de Aujeszky, también conocido como herpesvirus porcino tipo 1 (PsHV-1), encendió algunas alarmas tras detectarse en un criadero de genética. Desde la Federación confirmaron que, junto a SENASA, se lanzará próximamente un plan de erradicación. “Así como en su momento dejamos al país libre de peste porcina clásica, queremos hacer lo mismo con el Aujesky”, aseguró Fenoglio.
La puesta en marcha del Ente Sanitario Nacional, con alcance territorial, también será importante para garantizar trazabilidad y avanzar en los estándares sanitarios que demandan los mercados más exigentes.