En el corazón del turismo hacia la Costa Atlántica, Atalaya se convirtió en un caso de éxito de una empresa familiar que supe adaptarse a lo largo de los años.
La historia de Atalaya
Fundada en 1942 en Chascomús, la empresa pasó de ser un parador de ruta a un imperio gastronómico que hoy produce y comercializa más de 15 millones de medialunas al año.
El Parador Atalaya nació de la visión de los hermanos españoles Ángel y Odilio García. En aquellos años, el viaje de Buenos Aires a Mar del Plata podía durar hasta diez horas, lo que llevó a los García, propietarios de una empresa de colectivos, a abrir un espacio para que los viajeros pudieran descansar y reponer fuerzas.
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“En sus inicios, el menú consistía en puchero, jamón y pastas caseras. Pero el gran giro en su estrategia llegó con la incorporación de un pastelero español, quien desarrolló la receta que definiría el destino del negocio: las medialunas de manteca”, cuenta el responsable de la firma, Juan Castoldi, en Agroleaks.
En 1959, la administración del parador pasó a manos de cinco familias –Camio, Castoldi, Felices, Giorgio y Rey–, quienes consolidaron su crecimiento mientras mantenían el compromiso con la elaboración artesanal. A lo largo de las décadas, Atalaya diversificó su oferta, sumando productos como alfajores, bizcochitos y conitos, aunque las medialunas siguieron siendo el pilar de su éxito.
El nuevo milenio marcó un hito en su historia. En el año 2000, la marca abrió sus primeros locales en Mar del Plata, aunque la crisis económica ralentizó la expansión. En 2014, retomaron su crecimiento con la apertura de una sucursal frente al parador original, en la mano hacia Buenos Aires, y dos locales más en la ruta 9, en Zárate. En 2018, incursionaron en La Plata, seguido de nuevas ubicaciones en Mar del Tuyú y General Guido.
La trayectoria de Atalaya se trata de un caso de estudio en estrategia y diversificación en el ámbito de los agronegocios. Con un volumen de ventas que supera los 15 millones de medialunas al año.
“Actualmente utilizamos 500.000 kilos de harina como principal ingrediente en volumen. Entre 200.000 y 300.000 kilos de manteca, que representa el mayor costo por peso en su producción. 100.000 kilos de azúcar, que completa la lista de los insumos principales e insumos menores como levadura y otros ingredientes esenciales para mantener la calidad y el sabor que los caracteriza”, describe Castoldi en Agroleaks.