El mercado internacional de granos volvió a mirar hacia Washington y Pekín luego de semanas de especulaciones, funcionarios de ambos países confirmaron avances hacia un preacuerdo que suspendería temporalmente las restricciones comerciales y retomaría las compras chinas de soja estadounidense. Se estima que el gesto incluiría hasta 10 millones de toneladas de soja, lo que daría respiro a los precios en Chicago.
“China necesita reaprovisionarse para los meses de noviembre, diciembre y enero, y este acuerdo le permitiría hacerlo en un contexto de cosecha estadounidense activa y precios más competitivos”, explicó Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
“Sin embargo, desde febrero en adelante ya tiene buena cobertura desde Sudamérica, por lo que el impulso alcista podría ser transitorio”.
La posible tregua llega cuando la cosecha estadounidense ingresa al mercado. En soja, los farmers vienen reteniendo grano, lo que atenúa la presión bajista, mientras que en maíz se especula con rindes más bajos y una demanda sólida. Al mismo tiempo, Brasil avanza rápido con la siembra de soja y el clima acompaña, lo que alimenta las proyecciones de una nueva “super safra” de entre 178 y 180 millones de toneladas, frente a las 171 del ciclo anterior.
“Si Brasil logra esa producción, la soja sudamericana volverá al mercado temprano, y China retomará sus compras en la región rápidamente”, señaló Romano.
Pensando a más largo plazo, los aceites vegetales podrían tener impulso adicional por el paso de B40 a B50 en Indonesia y por el uso mandatorio de combustible de aviación sustentable. No obstante, Romano advirtió sobre los riesgos de productividad ante el control estatal de plantaciones que podría afectar la oferta.
En trigo, el Consejo Internacional de Granos elevó las estimaciones de producción por mayores volúmenes en EE.UU., Rusia y Argentina. Las perspectivas australianas también son abundantes, lo que mantiene los precios internacionales en baja. “En ese escenario, los precios argentinos están especialmente bajos, pero eso permitió que el país vuelva a participar en licitaciones internacionales, como la reciente de Argelia”, indicó Romano.
A nivel local y con rindes récord, el inicio de la cosecha en el norte permitió que los molinos se reaprovisionaran, y la exportación también comenzó a mostrar movimiento. Sin embargo, la logística podría complicarse en noviembre y diciembre por la superposición con embarques de soja.
En maíz, la siembra avanzó con fuerza, y se espera una producción de 57 millones de toneladas, con mayor proporción de maíz temprano. “El desafío será manejar los stocks, que podrían aumentar notablemente si el consumo interno no crece al ritmo de la producción”, advirtió el investigador.
Para la nueva campaña, la soja se negocia en torno a 310 dólares, un nivel elevado considerando que en cosecha podría convalidarse un valor menor. “El mercado parece descontar derechos de exportación más cercanos al 17% que al 25,6%. Esa diferencia refleja la incertidumbre sobre la política fiscal del próximo año”, explicó Romano.
En síntesis, la tregua comercial entre EE.UU. y China podría dar aire a los precios internacionales, pero su efecto en los valores locales sería moderado.
“La suba en Chicago podría compensarse con una baja en las primas sudamericanas, dejando los precios internos prácticamente sin cambios”, concluyó Romano.
“Más allá del corto plazo, lo que este episodio confirma es que ambos países buscan reducir su dependencia mutua: China seguirá priorizando el abastecimiento desde Sudamérica, y EE.UU. apuntará a fortalecer la demanda local de biocombustibles. Ese cambio estructural marcará el futuro del mercado de soja”.
