En los primeros días de octubre comienza un nuevo ciclo del maní, una actividad regional que posiciona muy bien a la Argentina en el mundo, dado que el país se encuentra entre los primeros diez productores a nivel global, siendo uno de los principales exportadores principalmente a mercados como la Unión Europea.
El sur de la provincia de Córdoba es epicentro productivo, en especial la zona de General Cabrera. Sin embargo, en los últimos años se ha extendido a La Pampa y zonas de la provincia de Buenos Aires. El Ingeniero Agrónomo Federico Morán, Asistente Técnico Regional en el centro-sur de Córdoba, indicó que si bien la siembra comienza en las primeras semanas de octubre, “Los productores suelen adelantarse a las condiciones óptimas de siembra. El área suele mantenerse en su promedio porque ya tiene un ciclo de producción y venta. El año anterior se sembraron unas 320.000 has en la provincia y un total de 382.000 a nivel nacional, según informes de la Bolsa de Cereales de Córdoba y creemos que se mantendrá en esos niveles”, explicó Morán, recordando que “la situación económica del país se traslada al sector manicero con lo que vemos frenada la venta de insumos. Es un cultivo que requiere una gran inversión, tanto a campo como en la industria. Y en estas situaciones el productor está más cauto”, recordó.
Para los productores que decidieron sembrar el cultivo esta campaña, Stoller recomienda el uso de Stimulate Maní, un fitorregulador indicado para tratar la semilla que permite lograr una buena implantación. Morán recuerda que “dado que el productor suele adelantarse y siembra con condiciones subóptimas, la tecnología que ofrecemos apunta a lograr una mejor implantación, porque muchas veces el grano que va a semilla no ha recibido un tratado diferencial. Suele pasar tiempo entre que la planta es arrancada y cosechada, con lo cual está bastante tiempo expuesta a las condiciones del clima. Es algo propio del cultivo, pero cuanto más nos demoramos, más cae la calidad de los granos que van a semillas. Ante esta situación el productor tiene que agregar más cantidad para lograr una densidad óptima de plantas y eso es un mayor costo. Sin duda, un tema a trabajar es mejorar la calidad fisiológica de la semilla”, destacó.
Vale recordar que el tratamiento se hace durante la inoculación de la semilla, práctica sumamente extendida en el maní al ser una leguminosa. “Hoy se aplica mucho el tratamiento profesional en plantas para asegurar la calidad. Luego, desde Stoller ofrecemos el chorreado desde sembradoras con el inoculante, que cae directamente sobre la semilla. Es decir que pueden tratarse las semillas con el terápico y el fitorregulador; y luego agregar el inoculante Masterfix L Maní a la siembra”.
Las ventajas de Stimulate al lograr una buena implantación y mejorar la calidad de semillas se traduce en kilos. Morán aportó datos al respecto. “Venimos midiendo entre 8 a 10 campañas y constatamos una respuesta de 300 a 400 kilos extra de rinde por hectárea. Lógicamente, este depende de la zona, de cuestiones climáticas y de la tecnología aplicada, pero podemos pensar en un promedio en esos niveles”, afirmó.
Las herramientas tecnológicas de Stoller para el cultivo de maní incorporan este año también un nuevo fertilizante: “X-Cyte Calcium se aplica en R2 y apunta al mayor cuajado de las flores para lograr más número de frutos a cosecha por metro cuadrado. Tiene una hormona promotora de crecimiento que es la Citoquinina y además, está compuesto por Calcio para lograr una mayor eficiencia en el efecto que se quiere lograr con la hormona, que es aumentar la fijación de flores” comentó Morán; y recordó que el momento en que se sugiere su aplicación es coincidente con la 1ª o 2ª aplicación para viruela en maní, una de las mayores complicaciones del cultivo.