El coronavirus no es la única amenaza a la salud pública en Argentina. El país, además, está atravesando una emergencia epidemiológica producto de la gran cantidad de casos confirmados de dengue y el aumento de los fallecidos.
“Sin mosquito no hay dengue”, dice la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (Fearca), que advierte que la reproducción del mosquito vector podría ser totalmente erradicada con la labor del aeroaplicador y para dar curso a esto, como solución a la problemática, pide el trabajo interdisciplinario de los organismos del Estado. “Con un solo avión se podría hacer el trabajo de una ciudad como Rosario en un día”, cuenta en diálogo con Radiocampo –por Radio Colonia- el director ejecutivo de Fearca, Danilo Cravero.
El mosquito Aedes aegypti, vector transmisor de la enfermedad, vive en hábitats urbanos y se reproduce principalmente en recipientes artificiales. La forma de erradicar el Dengue, Zika y Chikungunya no es el tratamiento de la misma en el infectado sino a través de operativos de eliminación de los criaderos de Aedes aegypti. “La aeroaplicación tiene casos testigos en los que ha sido altamente efectiva, como sucede año a año en la localidad de Venado Tuerto, en la cual el municipio tomó la determinación de realizar tratamientos aéreos con productos que no implican ningún riesgo para el medio ambiente ni tampoco para salud humana”, explican.
“Esta modalidad podría aplicarse en todo el país dando solución a la emergencia epidemiológica. La aplicación aérea tiene, entre sus ventajas, llegar a lugares que las aplicaciones terrestres no acceden, cubrir mayor cantidad de superficie en menor tiempo y con menor cantidad de productos cuidando el medio ambiente y la salud de las personas”, sostienen.
Protocolo de acción, gestión público-privada
Desde la Federación entienden que se trata de una cuestión de salud pública, por eso se ponen a disposición con un protocolo de acción, elaborado junto con el Grupo APC, que incluye determinaciones en cuanto a la selección de productos, equipos de aspersión, calibración, tamaño de gotas, volumen, viento, temperatura, tiempo de tratamiento, entre otros; como también la capacitación de los pilotos.
“Tenemos una red de aeroaplicadores distribuido por todo el país que está preparado para contribuir en su zona de influencia, en lo inmediato para dar solución a la problemática y que, a futuro, sea una manera sistemática para prevenir”, dijo Mauricio Fargioni, presidente de Fearca.
En ese sentido, sugieren una acción de ejecución público-privada, es decir, que con celeridad los distintos organismos del Estado, aquellos competentes a la regulación de la actividad aérea, como también los que son responsables de salud y sanidad, trabajen interdisciplinariamente para dar solución a este gran problema que enfrenta la Argentina.