El año pasado, la concentración atmosférica de CO2 (dióxido de carbono, principal gas de efecto invernadero de larga duración) alcanzó 400 partes por millón (ppm), según se indica en el boletín sobre los gases de efecto invernadero que publica anualmente la OMM.
En este informe también destaca que los niveles de CO2 se dispararon de nuevo en 2016, alcanzando nuevos récords como consecuencia del fenómeno del Niño, que ha tenido devastadores efectos climáticos en distintas zonas del mundo entre 2015 y los primeros meses de 2016. "En los años en que hay El Niño los niveles aumentan, pero lo que agrava la situación es que en los años en que no existe este fenómeno, la concentración también crece. Por lo tanto, la única manera de reducirla en la atmósfera es cortando las emisiones de gases y aumentando la forestación", dijo en una conferencia de prensa el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, al momento de presentar este informe.
"Hay que pasar de la voluntad política a la acción y reducir las emisiones de forma radical, es la única manera de hacer descender la curva de crecimiento", agregó Taalas.
Según las predicciones de la estación más antigua de vigilancia de los gases de efecto invernadero, situada en Mauna Loa (Hawai), las concentraciones de CO2 permanecerán por encima de las 400 ppm durante todo 2016 y no descenderán por debajo de ese nivel durante "muchas generaciones". El texto de la OMM enfatiza que "si no nos ocupamos de las emisiones de CO2, no podemos hacer frente al cambio climático ni limitar el aumento de la temperatura a 2 ºC con respecto al nivel preindustrial".
Aproximadamente, un cuarto de las emisiones totales de CO2 son absorbidas por el océano y otro cuarto por la biosfera, reduciéndose de ese modo la cantidad de ese gas en la atmósfera. En la era preindustrial, su concentración era de alrededor de 278 ppm y representaba un equilibrio entre la atmósfera, los océanos y la biosfera. Pero las actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles, han alterado el equilibrio natural, y en 2015 el promedio mundial de CO2 se situó en un 144% de su nivel en la era preindustrial y su concentración media mundial alcanzó las 400 ppm. De 2014 a 2015 el incremento de CO2 fue mayor que el año anterior y que la media de los diez años anteriores.