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Los productores del sur de Santa Fe reclaman por la concentración: “Desplazan a los pequeños productores”

Los productores del sur de Santa Fe solicitan la declaración de emergencia por sequía en la zona, un nuevo ordenamiento en el tema de arrendamientos y financiamiento a tasa diferenciales para la próxima campaña. Denuncian un constante proceso de concentración en la siembra de legumbres y una nueva camada de productores desplazados. "Estuvimos siempre y te señalan con el dedo, a la hora de poner, pero te dan la espalda cuando vas a buscar", dicen.

“La pandemia que nos azota, preocupa y duele, y sirve para tapar problemas de los pequeños y medianos productores que ya arrastrábamos. Dentro de la nebulosa que parece ser el futuro incierto que nos depara el nuevo mundo, los datos de la realidad indican que estamos ante una nueva camada de productores prestos a desaparecer en el Sur de la provincia de Santa Fe y Norte de la Provincia de Bs As”, dicen los productores nucleados en la Asociación de Productores Agropecuarios Santa Fe Sur y la Filial Regional Sur de Santa Fe.

En diálogo con Radiocampo –por Radio Colonia- Cristian Roca, dirigente de Federación Agraria local, asegura que, por la sequía del verano, los rindes promedios de soja en la zona, poblada de chacareros arrendatarios, rondaron los 13 quintales por hectárea, no llegando a cubrir los costos de alquiler.

“A pesar de las gestiones y pedidos realizados ante ambas Cámaras Legislativas de la provincia de Santa Fe para que declare la Emergencia, el Ministerio de la Producción nunca se dio por enterado. A la razonable desidia del Gobierno Provincial, le debemos sumar la falta de precisiones sobre la devolución de retenciones, y para completar una economía que producto de la cuarentena tambalea. Pero ese cóctel explosivo que parece ser terminal, se le agrega la incertidumbre de lo que para muchos es una excelente noticia”, sostuvo.

Si bien destacan que la apertura del mercado chino para las exportaciones de arveja argentina, es una buena noticia, resalta que esto “deriva en un sinnúmero de posibilidades y oportunidades tanto para la PYMES que agregan valor a los agroalimentos, para la generación de fuentes de trabajo en el sector agroalimentario, para el dinamismo comercial de las comunidades. Pero hay otros datos que se deben tener en cuenta y asustan un poco”, dicen.

“Las legumbres son una alternativa de invierno, netamente regional, que brinda fertilización y oxigeno no solo a la tierra, sino principalmente a los productores, que en forma directa, subalquilando su parcela o en forma asociada, logran llegar con buen pie a la siembra de fina o gruesa”, aseguran. En ese sentido, cuentan que, de los 361 productores de arveja de Santa Fe que producen cerca de 13000 ha, el 10 % de los productores concentran prácticamente el 50% de la superficie sembrada; un 20 % más del 25 % de la misma, y el 70 % de los productores realizan sus labores sobre el 25% de la superficie sembrada. “Claramente, la arveja es un cultivo que, al igual que muchas producciones se va concentrando en pocas manos”, sentenciaron.

Es que para los productores nucleados en las asociaciones del sur santafesino, con la demanda china por más alimento, crecerá la demanda de tierras para más producción de legumbres, desplazando al pequeño productor arverjero en primer lugar, y compitiendo con los pequeños productores sojeros arrendatarios que terminaron mal parados en esta campaña. “La cartelización que ya existe, dará paso a la producción vertical integrada, y el riesgo concreto de que impacte en el precio y abastecimiento del mercado interno”, sumaron.

No se debe desaprovechar el potencial que brinda el nuevo mercado de exportación, por el contrario se debe crecer en el área sembrada, e impulsar el valor agregado en origen. Pero siempre será más equitativo y racional que sea de la mano de los pequeños y medianos productores que viven en nuestra zona. Sin la presencia de un Estado que impulse, re ordene, acompañe y privilegie desde el primer eslabón de la cadena, es casi imposible lograrlo”, agregaron.

Para ellos, “con los efectos de la sequía ya consumados, los resultados productivos condicionan la cancelación de los pagos comerciales y bancarios. Por lo tanto el financiamiento será el principal insumo para encarar la siembra de legumbres o el nuevo ciclo agrícola. Los contratos de arrendamiento van a volver a estar sobre el tapete en la nueva campaña, urge establecer una nueva Ley de Arrendamiento que ordene y clarifique, no solo el uso y la tenencia de la tierra, sino los plazos, sus cuidados y los riesgos productivos compartidos. El nivel actual que exhiben las tasas de interés que ofrecen los bancos son un salvavidas de plomo. Se debe subsidiar la tasa de financiamiento para los productores que se declaren en emergencia por sequía”.

"Estuvimos siempre y te señalan con el dedo, a la hora de poner, pero te dan la espalda cuando vas a buscar", dicen, y remarcan que “es tiempo de proyectar, debemos pensar el rol de nuestro país en la post-pandemia, se puede soñar que el granero del mundo va de la mano con un desarrollo local inclusivo, debemos terminar con la lógica de expulsión de quienes producen, viven y apuestan en estos pequeños pueblos del interior. La concentración productiva y económica debe ser cuestionada desde lo moral, lo ético y porque no, como elemento perjudicial para un sistema de salud colectiva”.

Para los productores del sur de Santa Fe, “la apuesta debe ser sostener esas producciones y ponerlas en manos de quienes tienen cara visible y no dejarla al azar de la mano invisible del mercado. Los que se levantan todas las mañanas, trabajan, sudan y se esfuerzan para llevar alimento saludable a todos y todas, solo quieren tener las mismas posibilidades de desarrollo que lo demás, que el Sistema Financiero no mire su carpeta, que mire sus ojos y sus manos. Es ahí donde debe estar el Estado, apoyando”.