En Curuzú Cuatiá (Corrientes), murieron más de 200 vaquillonas en circunstancias que se están investigando, pero que todo indica sería la ingesta de pasturas con excesos de nitratos.
A principios de junio, un informe del INTA hablaba sobre los efectos de la sequía en las pasturas y la ganadería, "Ante la alerta de intoxicación por nitrato, tres especialistas de INTA brindaron recomendaciones para evitar pérdidas en los rodeos bovinos" avisaba el informe de los técnicos del INTA Cuenta del Salado, una de las mayores zonas ganaderas de Argentina, alertando por la posibilidad de intoxicaciones en animales a causa de excesos en nitratos del suelo y el agua.
Sucede que, por la sequía, es posible que el menor crecimiento de las pasturas termine con un acumulado alto de nitratos que luego los bovinos no pueden procesar y el problema puede llegar incluso a causar la muerte de ejemplares.
En el mencionado informe del INTA Cuenca del Salado, los expertos recordaron que “esta acumulación de nitratos es más común en ciertos recursos forrajeros, como los verdeos, por ejemplo”.
En este caso, según se conoció, los ejemplares estaban pastoreando un lote de raigrás.
Comunicado del INTA del 7 de junio de 2023
Desde hace algunas semanas se vienen acumulando casos de pérdidas en rodeos bovinos, muchos de ellos con fuertes sospechas de intoxicación por nitratos en las pasturas.
Especialistas como Juan Elizalde y Sebastián Riffel describieron esta situación de la siguiente manera: “Las actuales condiciones climáticas (buena humedad y temperaturas moderadas a elevadas) asociadas a altos niveles de nitrógeno en el suelo, generan un crecimiento muy rápido de los verdeos de invierno (avena, triticale y raigras).
Esta situación combinada con días nublados, podría generar problemas de intoxicación con nitratos y/o nitritos en los vacunos que los consumen, y causar un grave cuadro de insuficiencia respiratoria. Esta combinación puede desencadenar en la muerte de los animales en pocas horas en caso de no aplicar un tratamiento específico”.
Es por esto que 3 expertos de distintos centros de investigación de INTA, elaboraron un boletín técnico con recomendaciones para evitar la intoxicación. Se trata de Gustavo Bretschneider, de Necochea/Balcarce, Eloy Salado de Rafaela, y Juan Mattera, de Pergamino.
Los expertos describieron esta problemática: “El potencial tóxico de las plantas acumuladoras de nitratos es conocido desde principios del siglo XX. Una amplia variedad de especies forrajeras y malezas tienen la capacidad de acumular nitratos. Sin embargo, la acumulación de este compuesto a niveles potencialmente tóxicos es ocasional porque depende de la acción sincronizada de un conjunto de variables entre las que el tipo de planta, las condiciones ambientales, la fertilidad del suelo y el estado fenológico del forraje juegan un rol importante”.
Esta problemática puede ser advertida por síntomas compatibles con la asfixia. Los nitratos se transforman en nitritos y se absorben como tales. En el torrente sanguíneo se unen a la hemoglobina transformándola en metahemoglobina, la cual no tiene capacidad de fijar oxígeno y la muerte del animal ocurre por asfixia. Los signos de intoxicación y la rapidez con que éstos aparecen dependen de la concentración de nitratos en la dieta. En intoxicaciones agudas (primeras horas post consumo) se puede percibir dificultad para respirar, nerviosismo, temblores musculares, debilidad y convulsiones que ocasionan la muerte del animal. Cuando la concentración de nitratos no es suficientemente alta para inducir la muerte, se puede observar un cuadro crónico caracterizado por menor producción de leche o ganancia de peso, abortos e infertilidad.
Ante este panorama, los especialistas recomiendan:
Realizar ensilados de los forrajes. Esta técnica reduce los nitratos hasta en un 50 %. Sin embargo, el oreo y la henificación no disminuyen la toxicidad de las plantas.
Contactar al veterinario ante la sospecha de que el forraje a pastorear es potencialmente tóxico.
No pastorear un forraje sospechoso de ser tóxico con animales en ayuno, “hambreados”.
Evitar el sobrepastoreo como una forma de reducir el consumo de la parte más baja de los tallos, donde se encuentra la mayor concentración de nitratos.
Suplementar con heno, previo y durante el pastoreo, para reducir el consumo del forraje potencialmente tóxico y así diluir la concentración final de nitritos en el rumen.
Suplementar con granos (por ejemplo, maíz, cebada, etc) durante el pastoreo, dado que la tolerancia de los rumiantes a las altas concentraciones de nitrato depende de la capacidad con que los microorganismos ruminales transforman este compuesto en nitrito (compuesto más tóxico) y, posteriormente, en amoníaco. Para facilitar la transformación del nitrito en amoníaco y así reducir el potencial tóxico del alimento, los microorganismos necesitan energía rápidamente disponible. La suplementación también busca reducir el consumo del forraje potencialmente tóxico para diluir la concentración final de nitritos en el rumen.
Deben tomarse precauciones para evitar la acidosis ruminal. En este sentido, se aconseja suplementar con niveles moderados de granos y evitar el sobre consumo de los mismos, asegurando una superficie de comedero de aproximadamente 50 a 70cm/animal.
Evaluar la toxicidad del forraje con un animal (testigo), de bajo valor económico antes del pastoreo, y observarlo durante 2 a 3 horas. Si no se detectan signos de intoxicación, puede permitirse que el resto de la tropa pastoree. Es fundamental prestar atención al comportamiento ingestivo del animal testigo. El cese del consumo a los pocos minutos de ingresado al potrero es indicativo de que el forraje es tóxico y que el animal está percibiendo la toxicidad. Se aconseja el tratamiento inmediato.
Finalmente, se recomienda tomar muestras representativas del forraje en cuestión para su posterior análisis en el laboratorio.