
En un contexto internacional cada vez más competitivo, el futuro de las legumbres argentinas estuvo en el centro del debate durante la Jornada de Actualización Técnica y Comercial de CLERA, realizada en Salta. Más de 600 asistentes, entre presenciales y virtuales, se reunieron para analizar cómo reposicionar a este sector clave de las economías regionales frente a un mercado globalizado y exigente.
La provincia anfitriona, líder en la producción de poroto, fue el escenario ideal para discutir las oportunidades y desafíos que enfrentan los productores y exportadores. Las legumbres, históricamente un motor de generación de divisas, hoy deben redefinir su estrategia para no perder protagonismo.
Uno de los ejes principales del encuentro fue el análisis de los mercados, moderado por el ingeniero Adrián Poletti. Allí, Lucas Genero (Agofin) puso el foco en las desventajas logísticas que enfrenta el país frente a competidores como Egipto y Brasil.

Foto-Pablo Yapura
“Estamos lejos de los principales centros de consumo, lo que hace que no seamos la primera opción cuando los compradores salen al mercado”, explicó Genero.
Aun así, destacó que Argentina sigue siendo un jugador relevante: “Hay pocos países con excedentes estructurales en alimentos, no más de 10 o 12 en el mundo. Por eso, siempre estamos en el radar de los compradores”. Sin embargo, advirtió que el poder de negociación ha cambiado: “Antes esperábamos a los compradores; ahora debemos salir a competir”.
El poroto blanco, estrella histórica de las exportaciones argentinas, enfrenta el desafío de recuperar mercados perdidos. Según Nicolás Karnoubi (Olega), la clave está en mejorar la productividad y fortalecer la unidad del sector. “El poroto argentino es superior en sabor y cocción, pero hoy debemos competir en precio para reconquistar mercados donde Egipto ya se consolidó”, afirmó.
Matías Macera (Desdelsur) coincidió en la necesidad de “sacrificar precios” para recuperar el terreno perdido. “En poroto blanco una vez fuimos los reyes del mundo; hoy nos toca hacer el esfuerzo para volver al trono”, graficó.
Por su parte, Horacio Fragola (Alicampo) ofreció una mirada histórica: “Durante décadas todo el poroto que producíamos se vendía. La irrupción de Egipto y Brasil nos cambió el mapa”, lamentó. Con un tono crítico, señaló: “Egipto nos complicó; Brasil directamente nos invadió mercados que eran casi exclusivos nuestros”.
Fragola subrayó que la falta de inversión en genética es una de las principales causas de la pérdida de competitividad. “Necesitamos mejoras en la semilla de alubia para aumentar la productividad y volver a ser fuertes”, sostuvo.
La jornada dejó en claro que el sector de las legumbres en Argentina atraviesa un momento bisagra. El desafío será grande y mejorar la genética, modernizar los procesos, ajustar las estrategias de comercialización y actuar de manera unificada para sostener el peso de las legumbres argentinas en los mercados internacionales.