El relevamiento con eje en yerba mate, que culminó en marzo de este año, identificó cobertura con árboles nativos de distintas especies y árboles exóticos, siendo los primeros los que se distribuyen en mayor superficie (19.300, 47 hectáreas). Se trata de ejemplares existentes o que fueron implantados a partir de la vigencia del SEY (noviembre del 2020), ubicados dentro de las plantaciones de yerba mate, es decir, sin contabilizar que actúan como cortinas rompe vientos.
Desde el INYM vienen trabajando en la implementación de distintas prácticas productivas ambientales con la mirada puesta en lograr yerbales productivos que perduren en el tiempo. Son acciones que mitigan los efectos de eventos extremos del clima y que acentúan la singularidad de la yerba mate como alimento sano y natural.
En ese marco, la Institución, en convenio con la Fundación Hora de Obrar y La Fundación Agroecológica Iguazú, promueve la incorporación de árboles al sistema productivo de yerba mate. Las fundaciones proveen los plantines, y los técnicos del INYM brindan la asistencia para su implantación, remarcando que las especies nativas mejoran la capacidad de infiltración de agua, brindan sombra atenuando la temperatura ambiente en verano, mitigan los efectos de las heladas y de las torrenciales lluvias, contribuyen a la fertilidad del suelo, a la biodiversidad y al control natural de plagas y enfermedades.
La relación de los árboles locales y la yerba
Las superficies con cobertura arbórea en áreas rurales actúan como corredores biológicos, es decir contribuyen a la conectividad entre áreas protegidas de Selva Paranaense. En Misiones, particularmente, cobran relevancia las áreas agrarias, con esta característica, ubicadas dentro del Corredor Verde, cumpliendo así uno de los lineamientos de esta iniciativa (Ley XVI N 60).
En la línea de fomentar la producción de yerba mate en armonía con la conservación de los bienes naturales nativos, cabe destacar también la investigación “Relevamiento de mamíferos en plantaciones de yerba mate (Ilex paraguariensis) de Misiones”, que realiza Paula Cruz (CONICET, UNAM, IBS y CEIBA) con el apoyo del INYM, y cuyos primeros datos son alentadores, constatándose la presencia de numerosas especies de mamíferos en los yerbales, como zorro de monte (Cerdocyon thous), tirica (Leopardus guttulus), yaguarudí (Herpailurus yagouaroundi), corzuelas (Mazama sp.), coatíes (Nasua Nasua) y también especies exóticas como la liebre europea (Lepus europaeus) y perro y gato doméstico.
Sobre la importancia de este estudio, la profesional explicó oportunamente que la Selva Paranaense “es una de las áreas con mayor biodiversidad del país”, y en ese marco, “el cultivo de yerba mate agroforestal podría ser una alternativa de producción ‘amigable’ con los mamíferos medianos y grandes, mejorando la conectividad entre parches de bosque nativo o incluso pudiendo funcionar como hábitat adecuado para algunas especies”.
Los alimentos naturales y que proporcionan un mejor estado de salud y bienestar tienen cada vez más demanda, principalmente en el mercado internacional. Vale recordar: quien consume yerba mate, una planta originaria de la Selva Paranaense, incorpora compuestos bioactivos que ayudan a prevenir la aparición de enfermedades crónicas y degenerativas, además de su efecto energizante.
En ese sentido, vale recordar que en la Unión Europea rige una medida que profundiza esa mirada: a partir del 1 de enero de 2025 no podrán ingresar productos agroindustriales provenientes de zonas deforestadas luego del 31 de diciembre de 2020, y que no respeten las leyes locales, los derechos humanos e indígenas. Es decir, si las empresas no cumplen estos puntos, no podrán exportar a ese destino.