
El monitoreo dentro del sistema de almacenamiento de granos (silobolsa) no es una etapa más, sino un punto crítico que determina la calidad final del producto. Observar de manera detallada la condición de la mercadería almacenada permite tomar decisiones oportunas y minimizar las pérdidas durante la conservación.
En el Segundo Congreso Internacional de Silobolsa, especialistas del INTA abordarán las bases de un sistema de monitoreo eficiente. “Hay que tener presente que un silobolsa puede tener entre 60 y 100 metros de largo, por lo que es normal que haya variabilidad en la condición del grano almacenado. Un buen sistema de monitoreo debe poder capturar esa variabilidad”, explicó Leandro Cardoso, especialista en poscosecha del INTA Balcarce.
Cardoso agregó que el monitoreo “también debe reflejar cómo evoluciona esa variabilidad en el tiempo, indicando correctamente los cambios que se producen durante el almacenamiento”.

Qué controlar dentro del silobolsa
El monitoreo se apoya en dos pilares fundamentales: la integridad física del envase y la condición de la mercadería. Ambas tareas son inseparables.
“Cuando hablamos de la hermeticidad o del estado de la cubierta, hay que pensar en ello desde el momento mismo del embolsado. El silobolsa debe ser hermético y mantener esa condición a lo largo del tiempo”, explicó Cardoso.
Ante cualquier falla de hermeticidad, la acción inmediata es clave para evitar el ingreso de agua u otros factores externos que deterioren el grano. “Nosotros proponemos un sistema automático de monitoreo desarrollado por el INTA que mejora la inspección visual tradicional, ofreciendo datos más precisos y en tiempo real”, añadió el especialista.
Tecnología al servicio de la conservación
En los últimos 30 años, el almacenamiento en silobolsa ha evolucionado notablemente. Los sistemas de control pasaron de simples caladores manuales a herramientas más sofisticadas que detectan niveles de dióxido de carbono, temperatura, humedad y movimiento dentro del silo.
“El INTA fue clave en la generación de las bases de uso y en los primeros desarrollos, junto con empresas del sector. Hoy existen múltiples opciones, desde sistemas portátiles accesibles hasta sensores integrados y monitoreo remoto”, destacó Cardoso.
Los sistemas portátiles siguen siendo una alternativa económica y confiable, con diagnósticos validados para una amplia gama de granos. En tanto, los nuevos sensores automatizados permiten supervisar condiciones críticas a distancia, ideal para quienes no pueden acceder con frecuencia al silobolsa.
El futuro: sensores integrados y drones inteligentes
Durante el congreso se presentarán dos innovaciones que llegarán al mercado en 2026. La primera son los silobolsas inteligentes, fabricados con sensores integrados al polietileno, lo que elimina la necesidad de instalación adicional y permite un monitoreo continuo mediante servicios conectados.
La segunda novedad son los sistemas de monitoreo basados en drones especializados, capaces de medir los niveles de dióxido de carbono y otras variables de manera autónoma. Estos equipos también podrán evaluar la integridad física del silobolsa desde el aire, ofreciendo una visión completa del estado del almacenamiento.

Un congreso con mirada global
El Segundo Congreso Internacional de Silobolsa se realiza del 15 al 17 de octubre en el predio del INTA Balcarce y la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Mar del Plata (RN 226, km 73,5).
El encuentro busca fomentar el intercambio con referentes internacionales, promover la cooperación científica y presentar las últimas innovaciones tecnológicas en el almacenamiento de granos. La eficiencia, la sustentabilidad y las buenas prácticas serán los ejes centrales de esta nueva edición.