El pasado 2 de enero entró en vigor una nueva normativa de identificación del ganado en España. Y, como no podía ser de otra forma, afecta a la apicultura, en concreto, a la forma en que se marcan las colmenas para que se sepa quién es su propietario.
La normativa, que ya es de aplicación, se aprobó con el Real Decreto 787/2023, del 17 de octubre del año pasado, que establece nuevas “disposiciones para regular el sistema de trazabilidad, identificación y registro de determinadas especies de animales terrestres en cautividad”.
En este artículo descubrirás cómo se deben marcar en adelante las colmenas para que esté claro quién es su propietario. Y también te contamos de qué forma puedes identificar tu material para que esa identificación sea bien visible, resulte más duradera y, en muchos casos, aporte más seguridad frente a robos y otras agresiones.
Hasta ahora, en España, las colmenas se marcaban utilizando un código que cada apicultor recibía de la administración. Es una especie de matrícula compuesta por letras y números. Por ejemplo, en el caso de Madrid, un número de dos cifras, las letras que identifican a la provincia (M, para Madrid) y otro número que distingue al apicultor. Así, un apicultor de Madrid podía tener, por ejemplo, el código 79M7. Sin embargo, esta forma de marcar las colmenas ya no servirá en adelante.
1 – Nueva normativa para marcar colmenas
El Real Decreto 787/2023 regula la forma en que se deben identificar todos los “animales terrestres en cautividad” en España. Se trata, sobre todo, de garantizar la identificación unívoca de cada animal y, al tiempo, mejorar su trazabilidad: la capacidad de recuperar la información sobre sus movimientos, cambios de mano, tratamientos médicos, etc.
En este escenario, como ganadería que es, la apicultura también debe acogerse a estos cambios. Y lo que dice la nueva norma es que los “titulares de las explotaciones apícolas deberán identificar cada colmena con el código de la explotación, en un sitio visible y de forma legible, mediante una marca indeleble”.
Ese código de explotación es el conocido como REGA, o Registro de Explotación Ganadera, que, para el caso de la apicultura, se compone de los siguientes elementos:
- Las letras ES, que identifican a España.
- El numeral de cada provincia (dos dígitos). Por ejemplo, para el caso de Madrid, el 28.
- Tres dígitos que identificarán al municipio. Si se trata de Madrid capital, 0796.
- Siete números que serán la distinción de cada explotación en su municipio.
Es decir, un código de una explotación en el municipio de Madrid quedaría de la siguiente forma: ES-28-0796-0000123.
Como es puede apreciar, el código será ahora más largo, incluirá más información y se construirá de igual forma para todas las comunidades autónomas, uniformizando así la identificación de cada animal o colmena.
Para evitar que una colmena tenga que llevar tantos números, la normativa autorizar a eliminar los cuatro ceros que componen el número de identificación de la explotación.
Cómo será la marca de cada caja
El decreto establece que la marca deberá colocarse en un sitio visible, de forma que se lea bien, sin que nada obstaculice esa lectura, y de manera que no se pueda borrar: debe ser indeleble.
Marcas antiguas o de otros propietarios
Si las colmenas ya están marcadas en el momento de entrar en vigor esta normativa, se conservará la identificación antigua y no será necesario añadir nada. Se consideran correctamente marcadas a efectos legales.
Cuándo se debe marcar la colmena
La normativa que entra en vigor explicita que la marca de cada apicultor se añadirá a la colmena en el momento en que se incorporan a la explotación. Es decir, al comprarlas y poblarlas.
Sin embargo, hay un matiz de gran importancia. Si se compra una colmena procedente de otra explotación, sus marcas de origen no se borrarán, sino que se conservarán y se añadirán las propias del comprador. Esta excepción tiene un sentido claro: mantener la trazabilidad para conocer, en todo momento, el historial de la colmena. Esta idea responde al principio rector de la normativa, que pretende preservar esa trazabilidad.
De esta forma, en cada cambio de manos de una colmena se irán incorporando los códigos de los sucesivos propietarios.
Cambios en el libro de registro
El Real Decreto también introduce un cambio en el manejo del libro de registro de las explotaciones apícolas. Ahora, señala que este libro “deberá estar a disposición de la autoridad competente de la comunidad autónoma donde esté registrada la explotación y de aquellas otras comunidades autónomas donde las colmenas circulen o se asienten por razones de trashumancia u otras y especialmente en los casos en que, ante una situación de alerta sanitaria, se haga necesario introducir medidas, principalmente, en lo que al movimiento de colmenas se refiere”.
También se modifica la obligatoriedad de llevar una vez al año el libro a la oficina competente para el censo de colmenas. Bastará con una actualización telemática, también anual, que hará el propio apicultor por internet. Esa actualización deberá quedar hecha antes del 1 de marzo de cada año, teniendo en cuenta el número de colonias existentes a 31 de diciembre del año anterior.
2 – Cómo marcar las colmenas
La necesidad de marcar correctamente las colmenas ha hecho que los apicultores desarrollen diferentes métodos de marcar las colmenas, buscando siempre que sean marcas legibles y difíciles de modificar o eliminar.
El marcado no solo responde a una exigencia administrativa. También es una forma de luchar contra el robo de colmenas, una práctica cada vez más habitual. Al señalar las cajas de una forma difícil de eliminar, se dificulta a los ladrones su empleo.
Para marcar las colmenas, hay diferentes sistemas:
- Pintura. Muchos apicultores han optado por pintar sus códigos sobre las colmenas. Pueden hacerlo escribiendo cada letra y número por separado, con pintura o algún tipo de rotulador que marque bien. También es muy habitual utilizar plantillas de lettering que permiten pintar con espray o pintura. El problema de la pintura es que, con las inclemencias meteorológicas se deteriora y es necesario retocarla. Además, es fácil de eliminar con lija u otro método abrasivo.
- Chapas o placas atornilladas. Un método bastante utilizado es grabar placas metálicas, de metacrilato o pvc con el número. A su vez, estas placas o chapas se atornillan a la colmena. Es un sistema rápido que garantiza la legibilidad y resiste mejor la intemperie, pero resulta fácil de eliminar en caso de robo.
- Fresado. Una forma menos frecuente, pero muy eficaz, es fresar el número en la madera. Con alguna herramienta de fresado de madera, se graba el código, de tal forma que, para eliminarlo, será necesario cubrirlo con alguna masilla. Es un sistema efectivo, pero mucho más lento y laborioso.
- Marcas a fuego. Quizá el sistema más seguro sea el marcado a fuego. Para ello, se utilizan moldes metálicos de la numeración que, al ponerse al rojo vivo al fuego, permiten grabar la madera de forma muy profunda. Para hacerlo más fácilmente, se ofrecen en el mercado marcadores especialmente pensados para la apicultura. El único inconveniente que presenta este sistema es que no resulta muy recomendable con las colmenas de materiales plásticos o de poliestireno. Tampoco permite marcar portanúcleos de cartón. A cambio, se puede utilizar cómodamente para marcar panales de madera, aumentando así la seguridad contra robos, puesto que, a menudo, lo que se roban son los cuadros, dejando atrás la caja marcada.