Cinco localidades, 546 hectáreas, diferentes ambientes y calidades, distintas fertilizaciones. Todo este despliegue se generó para llevar a cabo una prueba exhaustiva a fin de conocer en profundidad cómo responde el híbrido Valia 73, un girasol confitero desarrollado por Argensun, abastecedor global especializado en esta semilla, que para realizar esta experiencia se asoció con ADBlick Granos, dedicada a la gestión y desarrollo de proyectos de inversión en el sector agro-industrial.
El objetivo del ensayo fue verificar cómo las buenas prácticas de cultivo pueden potenciar las características del producto ya valoradas por los consumidores y así mostrar la manera en que el trabajo colaborativo en la cadena de valor contribuye a generar mayor valor a través de un mayor precio.
“Después de varios años de trabajo obtuvimos este híbrido que, además de exhibir los principales atributos del grano tipo chino (un grano largo, con buen sabor, y una pepita grande), es el primer híbrido de girasol confitero en el mundo que mantiene el color negro por fuera, sin ninguna marca de raspado”, destacó Pablo Díaz Colodrero, Director General de Argensun.
“El girasol confitero es un producto muy particular ya que, según en qué parte del mundo se consuma, requiere diferentes características. Cada mercado prefiere un tipo de grano diferente, así como también diferente cáscara, diferente color, diferente tamaño y sabor”, señaló Pablo Tamburo, CEO de Argensun.
Para satisfacer esa exigencia Argensun desarrolló una genética para cada mercado, y distintos tipos de producto en lugar de una semilla única. Esa es una gran diferencia con los commodities. El producto final deberá variar, según el mercado, entre “semillas de girasol” (como se las conoce coloquialmente) más grandes o más pequeñas, crudas o tostadas, enteras o descascaradas, entre otras variantes.
“Por eso decimos que es un cultivo especial con negocios especiales, y actuamos de acuerdo a esa exigencia y a esa oportunidad. La tecnología por ambiente, la siembra variable, las fertilizaciones con microelementos, son tecnologías que estamos investigando para determinar su impacto en el tamaño de grano”, explica Alejandro Meneses, Gerente General de ADBlick Granos.
Para esta prueba se sembraron un total de 546 hectáreas distribuidas en cinco localidades de la provincia de Buenos Aires: Bolívar (136 ha), General Belgrano (115 ha), San Miguel del Monte (131 ha), 25 de Mayo (120 ha) y General Alvear (50 ha).
Para que el objetivo de conocer los rendimientos de Valia 73 por zona y por ambientes se pudiera cumplir fielmente, se cosechó la mayor cantidad de lotes posibles con monitor de cosecha y se tomaron muestras de la calidad. De este modo, se testeó la diferencia de rendimiento y calidad del Valia 73 según tres factores: densidad, fungicida y fertilización con calcio + boro (C+B).
“Más allá de las ventajas individuales, se logró consolidar una alianza que continuará con la realización de más ensayos para ampliar el conocimiento disponible. Estamos convencidos de que este tipo de pruebas son realmente útiles para poder sacar conclusiones que permitan mejorar el negocio”, asegura Meneses, de ADBlick Granos.