
Un correo enviado por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) a los exportadores encendió la alarma en el sector agropecuario uruguayo. A través de la Dirección de Sanidad Animal, el gobierno comunicó que las exportaciones de ganado en pie con destino a faena inmediata quedaban “momentáneamente suspendidas”. La notificación, breve y sin detalles sobre plazos ni fundamentos técnicos, se viralizó rápidamente entre empresarios, productores y referentes del rubro.
Hasta ahora, Uruguay venía comercializando principalmente novillos de dos dientes —en algunos casos, se aceptaban hasta cuatro—, con pesos que oscilaban entre los 350 y 450 kilos. La modalidad había ganado popularidad entre los productores, sobre todo como alternativa en momentos de baja en el mercado interno. Las operaciones se realizaban a valores de entre USD 2,50 y USD 2,55 por kilo.
Durante el ejercicio 2024/2025, las exportaciones de ganado en pie con destino a faena sumaron 386.768 cabezas, lo que implicó un crecimiento interanual del 24,5 %. Esta actividad generó ingresos por más de USD 353 millones, con un precio promedio de USD 913 por animal.
Reacciones y críticas del sector agropecuario
La decisión generó una fuerte reacción por parte de las principales gremiales rurales, que cuestionaron tanto el fondo como la forma de la medida. Desde el sector aseguran que este freno perjudica a los productores, limita el valor de venta del ganado y contradice los planes oficiales para impulsar la producción de terneros.
Además, marcaron que la suspensión se comunicó sin explicaciones claras ni precisiones sobre su alcance, duración o categorías involucradas, lo que genera incertidumbre y malestar entre quienes se ven directamente afectados.
También se advirtió que interrumpir este canal comercial va en contra del desarrollo de la cadena cárnica, al eliminar una vía de salida para animales que, de otro modo, dependen del mercado interno o de la industria frigorífica nacional.
Malestar en otras actividades y en la política
La medida también fue cuestionada por representantes de otras actividades vinculadas al agro. En la red social X, el presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz, Guillermo O’Brien, escribió: “No se puede largar una prohibición de la exportación en pie, por chica o parcial que sea. No va con las políticas de impulso a la producción. Así no estimula la producción de terneros. No da certezas”.
En el plano político, el senador del Partido Nacional, Sebastián Da Silva, también se expresó en redes sociales. Acusó al gobierno de ser “amigo de la industria frigorífica” y anunció que citarán al ministro de Ganadería, Alfredo Fratti, al Parlamento para que dé explicaciones sobre la medida.
Por su parte, el exsenador Pedro Bordaberry señaló: “Es inentendible que el Ministerio de Ganadería tome medidas que benefician a unos pocos grandes frigoríficos y perjudican a miles de productores. Ceden a la presión de los grandes intereses. No es por ahí”.
Mientras tanto, desde las gremiales rurales anticiparon que buscarán un encuentro con las autoridades para conocer el trasfondo de la decisión y pedir mayor previsibilidad para el sector.